Capítulo 14

9.2K 1.3K 406
                                    


Caro Bello Amico...

Esperaba que mi italiano no estuviera demasiado oxidado mientras le entregaba la carta a Douglas con la dirección escrita en el fondo. Él decía conocer a alguien leal, capaz de entregarla en el día personalmente, aunque eso implicara un vuelo directo a Firenze. Eso no cambiaba el peso de lo que le estaba confiando. Él me había dejado un modo de contactarlo, por si alguna vez necesitaba su ayuda en retorno de lo que yo había hecho. Me había prometido a mí misma que le permitiría llevar una vida normal y no le escribiría, pero esta situación era extrema.

Douglas desapareció tan pronto como le entregué la carta. Jack seguía en la sala con John, intentando armar un plano de la residencia de Lionel a pesar de sus desordenados recuerdos. Apenas sí sería útil, considerando que de seguro Lionel habría cambiado toda su seguridad al saber que su hijo estaba vivo y colaborando con nosotros.

—Siento que llevamos una eternidad aquí y no va ni un día —admití dejándome caer en el sillón de la sala junto a Ethan.

—El estrés altera la percepción del tiempo —respondió él—. ¿Quiero saber qué traes entre manos?

—Confidencial. ¿Qué hay de ti?

—Sigo intentando ver cómo deshacernos del hacker. También confidencial.

—Es extraño. ¿Verdad? —pregunté apoyándome sobre mis rodillas—. El problema es tan grande, como para que cada uno haya decidido hacerse cargo de un pedazo, y aun así no compartimos lo que estamos haciendo. Tal vez para proteger nuestros contactos, tal vez porque pensamos que es lo más seguro. Es un reflejo, no dar información que no sea vital para el otro, ni siquiera nuestra familia.

—¿Crees que las personas normales se cuentan todo entre ellas? —preguntó Ethan y sacudí mi cabeza.

—No. Todos tenemos secretos.

—Avisa si necesitas ayuda.

—Tú también —respondí—. Si nosotros estamos planeando cómo lidiar con los contratiempos. ¿Quién está pensando cómo vencer a Lionel?

—Si no lo sabemos todavía, es porque no es necesario que lo sepamos para que el plan funcione —dijo Ethan—. Nuestro enemigo está tan entrenado como nosotros, incluso más. No podemos arriesgarnos a que se filtre información. Y no podemos vencerlo de un modo que él podría prever.

—Perdimos nuestra ventaja. Ahora él sabe de Jack y papá.

—Salvamos a mamá. Ya veremos cómo reponernos.

—Somos solo nosotros contra un sujeto que lleva más de una década armando un imperio criminal, Ethan. Tiene todo tipo de contactos y proveedores, especialistas en cada cosa que necesite, y nosotros...

Callé enseguida al escuchar el chirriante sonido de llantas contra el pavimento. Por un instante, mi sangre se congeló ante el miedo de un nuevo ataque. A mi lado Ethan se tensó ante la posibilidad. Jack y John también se pusieron alerta. Incluso el abuelo y papá se acercaron a la sala. Y quizás hubiera llegado a temer eso, de no ser por la naturalidad con la que la abuela cruzó la sala, su larga bata de seda de dormir barriendo el suelo tras ella.

—¡Ya era hora! —exclamó levantando las manos.

—¿A quién llamaste? —preguntó John mirándola con desconfianza.

—Ese muchacho se está aprovechando de sus conocimientos como espía para meterse con nosotros, pero solo un villano puede vencer a otro villano de ese modo —respondió ella—. El fuego, se combate con fuego. Inter arma enim silent leges.

Phoenix (Pandora #6)Where stories live. Discover now