Capítulo 31

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Mía se pasó toda la tarde del domingo sola, al parecer, Valeria había ido a casa de sus tíos durante todo el día y su madre tenía una reunión. Estar toda la mañana sola le dio mucho tiempo para pensar y llorar sin miedo a que la descubriera su madre. Noa le había dicho mil veces que si quería, ella se pasaría por su casa para consolarla, que no le importaba, pero Mía cabezota, le había rechazado todas las veces siendo consciente de que por más que la quisiera y se lo agradecería, lo que le apetecía era estar sola.

Con Mar,Rebeca y Ariana, ya había hablado, la conversación se resumió en continuas disculpas y en intentar averiguar como se había enterado de que le habían dado el número a un "par de personas". Al final por muy enfadada que Mía estuviera con ellas, había terminando perdonándolas, sabía que sus disculpas eran sinceras, y que si ella hubiera estado en su posición, también se le habría escapado el número a un par de personas, aunque ellas no sabían lo grave que había sido el incumplimiento de su promesa.

A eso de las cinco de la tarde, un correo inesperado le llegó a su e-mail. La carta provenía de una universidad de Madrid, en la que se enrrollaba demasiado para finalmente explicarle, que había obtenido una beca para la universidad. La universidad quería que fuera nada más acabar el verano, saltándose el último año de bachiller, para estar allí haciendo prácticas y preparándose para su primer año de universidad. También le dirían que a lo largo del curso, aparte de hacer prácticas, le darían la materia suficiente con sus respectivos exámenes para que se pudiera sacar el título de bachillerato, pero que su principal objetivo era que se centrara ese año en las prácticas de la universidad. Mía se tuvo que retirar un poco para recapacitar. La idea era tan increíble que le abrumaba. Madrid en un año, menos, en un verano. No tendría que esperar para poder estudiar en la ciudad de sus sueños. Lejos de su familia, de sus amigos, de Noa...Si Noa no se iba con ella, no le convencía la idea, la necesitaba a su lado. Al mismo tiempo, sería vivir en Madrid, podría ver a Antoine cuando quisiera, cuando la perdonara.

Tenía tantas ganas de irse, y a la vez de quedarse.

Tenía unas ganas de mandar un sí rotundo pero a la vez de eliminar el mensaje.

La verdad que por quien más lo sentía era por Noa, su madre y su hermana. Las veces que las había amenzado con irse lejos de casa en una pelea, las veces que quería independizarse. Era su oportunidad.

-Hola cariño, ya estoy en casa. -La voz de su madre sonó desde la entrada de la puerta, Rápidamente, Mía cogió el portátil y bajo las escaleras que la separaban de la planta principal de dos en dos.

-¡¡MAMÁ!! ¡¡MAMÁ!! ¡¡MAMÁ!! MIRA MIRA MIRA. -Coriendo, Mía llegó a su lado y le plantó el ordenador con el correo en la pantalla en sus narices.

-Mía, tranquila, no veo nada, déjame por lo menos que me quite el bolso, por favor, y déjame respirar, que hace mucha calor. -Le contestó apartándola y yendo hacia el comedor. Allí, dejó su bolso en una silla y se sentó en otra. Con el ceño fruncido, comenzó a leer, Mía impaciente por saber que pensaba comenzó a dar saltitos y mariposear a su lado.

-Bueno...Mía cariño, esto está muy bien, estoy segura, completamente segura de que te hace mucha ilusión, pero... -Dijo soltando un suspiro. -¿De verdad quieres esto? -Mía se sorprendió con la pregunta, era obvio que lo quería, llevaba años soñandolo. era su gran oportunidad, una oportunidad dada antes de tiempo.

-Sabes de sobra que sí, mamá. -Dijo sentándose en la silla de al lado intentando aparentar madurez.

-Pensaba que me iba a quedar todavía un año para asimilar que te ibas a ir de casa, te irías a la universidad y te independenciarías, pero esto... -Dijo mirando el ordenador. -Me cambia los planes.

-Lo sé mamá, para mí también es duro, a mí tampoco me agracia del todo irme de casa.

-No es solo el irte, cariño. -Dijo su madre poniendo una mano en su rodilla. -Es el que tienes 17 años, el año que viene cumplirías los 18, aún no tienes la mayoría de edad, y ya no es pensando en mí solo. ¿Qué será de tus amigos? Sé que Ander se fue hace poco, a Luciana y Lucas ni te los menciono, pero, ¿Y Noa? ¿Te has parado a pensar en ella?

-La duda ofende mamá, es la primera en la que he pensado, como no acordarme de ella si es la primera que quiere irse a estudiar a Madrid, que quiere que vayamos juntas a Madrid...

-¿Y te vas a ir a vivir sola con 17 años a Madrid? -Mía cada vez tenía más dudas de la idea que, a primera vista, le parecía una gran oportunidad. Por una parte, ella quería ir a vivir a Madrid por Antoine, pero viendo como estaba el asunto, no quería dejarse influenciar por esa opción.

-Tienes razón, mamá. Debería...Debería pensármerlo más, hablar con la gente. Dios, parecía tan perfecto... -A Mía se le empezó a nublar la vista, todo se estaba yendo a la mierda.

-Cariño... -Dijo su madre abrazándola. -No te dejes influenciar por nadie, ni si quiera por mí, yo solo te digo la realidad, la decisión es tuya, y aceptaré tanto como si decides irte o quedarte.

-Gracias, mamá. -Le dijo Mía sorbiendo la nariz y soltándose del abrazo mientras subía arrastrando los pies a su habitación. Cuando llegó, se tiró a la cama y encendió la radio del móvil.

-Acabamos de escuchar a uno de los candidatos a ganar el balón de oro esta temporada, Antoine Griezmann. ¿Qué os ha parecido? Sabéis que podeís comentar vía twitter y que os leemos. -Dijo el comentarista nada más encender la radio.

-Joder...-Suspiró Mía.

-Por cierto. ¿Os habéis enterado del intenso romance que hay entre Antoine Griezmann, jugador del Atlético de Madrid, y Erika Choperena, la estilista de moda? ¡A la vuelta de publicidad os cuento más! ¡No os vayáis! -Terminó el comentarista antes de entrar en publicidad, Sollozando, Mía, levantó la cabeza del cojín, y apagó el móvil. Justo después, lo tiró dentro de la papelera llena de pañuelos mojados.

Mía no podía más.


Cruza los dedos, no los brazosNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ