Capítulo 22.

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Antoine le sonrió y la abrazó. Era un abrazo lleno de emoción y esperanza, sobretodo esperanza.

-Dejemos el tema por favor, es nuestra última noche juntos, y de momento estás haciendo que sea inolvidable.

-Que bien sienta oír eso. -Le dijo Anto mientras empezaba a besarla. Mía no quería que se acabaran las noches como esta, ni los besos a las tres de la mañana ni sus escapadas nocturnas.

-¿Tienes algo más pensado para mí esta noche? ¿O nos vamos a pasar lo que queda de ella aquí? -Preguntó Mía mordiendose el labio.

-Hombre, si no quieres estar aquí te llevo a casa. -Dijo Anto levantándose de la cama.

-No no no no no. -Respondió Mía riéndose y agarrandolo de la camiseta para que volviera. Anto se volvió a tumbar y siguieron besándose.

-Ahora que lo dices, si que tengo algo para ti. -Dijo Anto separándose y levantándose de la cama.

-¿Para mí? ¿El qué?

-Es sorpresa, te lo daré después. -Le respondió riéndose.

-No, te lo prohibo, no me puedes dejar con esta intriga. -Le dijo mientras intentaba parecer seria cruzandose de brazos, pero su sonrisa la delataba, estaba muy enamorada de él y no podía fingir estar endadada.

-¿No puedes aguantar un par de horas sin saber lo que es, pequeña?

-No, imposible, es mucho tiempo.

-Bueno, como caso especial voy a ir a por él, a cambio de que... -Le dijo Anto mirando hacia los lados pensando en que podía decirle.

-De que...-Le presionó Mía.

-Un beso. -Dijo al fin Anto.

-¿Sólo uno? Qué fácil me lo pones. Le respondió Mía al mismo tiempo que se levantaba de la cama y lo abrazaba. En ese momento la puerta se abrió.

-Hola An...¿QUIEN ES ESA ANTO? ¿QUÉ HACE AQUÍ? -Dijo Germán mientras entraba con Erika en la habitación.

-Que...Yo...Germán te lo puedo explicar. -Dijo Anto soltando a Mía.

-¿Pero tú quien te has creido para estar con mi novio? -Le dijo Erika a Mía mientras la agarraba del brazo.

-¿Tú novio? Eso será solo para las cámaras bonita. -Le respondió Mía mientras se soltaba de Erika y la miraba amenazante a los ojos. Estaba realmente enfadada con Erika al oírla llamar a Antoine 'su novio'.

-JA. ¿Pero tu quien te has creido para estar en la habitación de mi novio a estas horas? ¿Quién te crees para decir algo así? Anto es mío, es mi novio, y ya te estás largando por esa puerta inmediatamente.

-No sé quien eres, no me importa. -Empezó a decirle Germán mientras apartaba a Erika y agarraba del brazo a Mía y la arrastraba hasta la puerta. -Pero ya te estás largando de aquí, no te quiero volver a ver. Tú Antoine. -Dijo señalandolo con la mano libre mientras se giraba. -Tú y yo vamos a hablar ahora. -Dijo amenazante Germán.

Después de eso, la empujó fuera de la habitación, le tiró las zapatillas al suelo y le cerró la puerta. Mía no asimilaba lo que había pasado, estaba en el pasillo de un hotel, con las zapatillas por el suelo y mirando fijamente a la puerta. Mía se sentó apoyando la espalda en la puerta. Dentro de la habitación se oían gritos. Se oía la voz potente de Germán, la aguda de Erika que parecía estar llorando y los gritos de un Antoine enfadado.

Mía estaba al borde de las lágrimas, estaba llena de rabia, todo había pasado tan rápido, no le habia dado tiempo a reaccionar. Se levantó y cogió sus zapatillas. Con la mirada dispersa se puso a andar hasta el final del pasillo. Cuando llegó al ascensor, se oyó abrir una puerta.

-¡Tú! -Dijo una voz femenina. Mía se giró y vio a Erika apretando los dientes. -Yo contigo no he terminado de hablar. -Y se acercó gritando y con los puños cerrados hacia ella.

-¿Qué quieres? -Le dijo Mía sin mirarla a los ojos. Se sentía destrozada, no sabía porqué. Quizás por ser la culpable de la bronca de Anto, o por no poder tener una relación tranquila con él. Levantando la vista, miró a Erika de arriba a abajo. Realmente era muy guapa, complejos que no había tenido nunca le nublaban la mente y las lágrimas empezaron a inundarle los ojos.

-Mirame a la cara cuando te hablo. -Le dijo Erika mientras le levantaba la cabeza. -Antoine es mío, lo mires por donde lo mires ¿Porqué se va a fijar en una chica como tú? Además, ¿Qué más te da estar con él? ¿Vas a poder verlo todos los días? ¿Le vas a poder decir en persona lo mucho que lo quieres? ¿Lo vas a poder tratar en condiciones? NO. ¿Y sabes por qué? Porque tu no eres nadie, solo una chavala que se le ha cruzado por delante y a la que hoy le presta atención y mañana no. Te digo esto, porque no eres a la primera a la que Antoine le hace algo así, Antoine esta conmigo dentro y fuera de las cámaras, de vez en cuando se fija en alguna chica, se lia con ella, no están ni una semana y la abandona, así que bonita, míralo por otro lado, te estoy haciendo un favor diciéndote esto y advirtiendote. No te vuelvas a acercar a Antoine si no quieres acabar mal. ¿Lo has entendido? -Después de decirle esto, le agarró con fuerza de la muñeca.

-Si. -Le dijo Mía firmemente. Los ojos de las dos chicas desprendían rabia, mucha rabia, la diferencia era que lo de Mía también desprendian tristeza. Lágrimas de dolor, de ira y de tristeza le brotaron de los ojos mientras agachaba la cabeza. Soltandose de la mano de Erika, Mía entró en el ascensor.

-Pues no te olvides de lo que te acabo de decir. -Le contestó finalmente Erika mientras las puertas del ascensor se cerraban.

Cruza los dedos, no los brazosWhere stories live. Discover now