Cruza los dedos, no los brazos

Capítulo 17

Segundo día en Londres. Después de una noche sin pegar ojo y repasando una y otra vez la conversación, Mía decidió creer que todo era real. Le parecía tan imposible que Antoine se hubiera fijado en ella. No entendía por qué, solo sabía que esa mañana se había levantado con un mensaje de:

Antoine: Buenos días princesa, sí, he soñado toda la noche contigo y sí, se que todo esto es muy irreal, me he enamorado de una chica que solo he visto en fotos (que me las se de memoria) y la he visto llorando mientras me abrazaba, a la que le he respondido varios tweets, a la que sigo y con la que he tenido dos conversaciones de Whatsapp, pero se que es real, aunque nunca me había pasado antes. Espero que tengas un buen día, hoy podré hablar a la hora de la comida, tengo varios entrenamientos por la mañana y tengo que ir al gimnasio. Disfruta del gran día que te queda por delante.

Creo que Mía podría acostumbrarse a despertarse ccon este tipo de comentarios.

Por la mañana, fueron a ver el British Museum. Era enorme. Nada mas entrar tenía unas grandes columnas, y en la entrada, una gran urna con dinero de distintos países. Estuvieron toda la mañana por esa zona y comieron en un restaurante que había al lado. Con el móvil en la mano todo el rato esperando un mensaje de Antoine, entró a Twitter. Mía tenía muchas menciones de sus amigas que responder. Mientras respondía hacía tiempo esperando a Antoine. Aunque él le había dicho que le hablara cuando quiera, Mía tenía miedo de molestarlo.

Antoine: Hola princesa, estoy en el gimnasio, tengo cinco minutos libres, ¿qué haces?

Mía: Acabo de terminar de comer, estoy muerta de sueño, no entiendo por qué, con todo lo que dormí yo ayer...

Antoine: Lo siento, esta noche no molesto jajajajajaja.

Mía: No molestas, y lo sabes.

Antoine: Oye... Pensando esta mañana me he dado cuenta de que tu sabes de mi más de lo que yo se de ti, háblame de ti :)

Mía: ¿De mí? ¿Y qué quieres que te cuente de mi?

Antoine: Mmmmm... A ver, estás estudiando, ¿qué carrera quieres hacer? ¿Qué te gusta hacer en tu tiempo libre? ¿Tienes hermanos? ¿quién es tu mejor amiga? No se, cosas así.

Mía: Pues el curso que viene es mi últio año de bachiller, así que me iré a estudiar a Madrid que es lo que quiero, quiero estudiar enfermería. En mi tiempo libre... Juego al fútbol, y la fotografía, salir de compras también me encanta. Tengo una hermana pequeña que se llama Valeria y tiene 10 años, es un amor, y sí, tengo una mejor amiga, y sellama Noa y es la chica que paso delante de mí de pelo marrón rizado con una camiseta azul oscura.

Antoine: Ahh, ya me acuerdo de ella, oye tengo que volver al gimnasio, ¿hablamos mañana vale? Muacckkk preciosa :)

Mía: Hablamos mañana rubio, un beso :))

Mía no entendía como conversaciones tan simples como esa le sacaba una sonrisa tan grande.

Eran las ocho de la noche, Mía, Valeria  y su madre iban de camino al London Eye. Les habían dicho que las vistas desde ahí arriba por la noche eran increibles, aunque a Mía le daban un poco de miedo las alturas, no iba a irse de Londres sin habere montado allí.

Hicieron file durante media hora, para montarse, y cuando por fin se subieron la cabina estaba llena de gente. Quince minnutos subiendo y Mía empezaba a notar como le temblaban las piernas. Eso estaba realmente alto.

-¿Mía, estás bien? -Prguntó su madre al ver que Mía empezaba a resoplar y sofocarse.

-Ésto está muy alto mamá... Déjame voy a la otra esquina de la cabina a ver si me dda menos miedo. -Y dicho eso, Mía se giró sin poder mirar hacia abajo.

En la otra parte de la cabina no había nadie, la cabina era pequeña, pero toda la gente estaba en el llado derecho viendo Londres. Se sentó en un costado de la cabina y apoyó la cabeza en las rodillas mientras se tapaba con las manos. Mía sentía como si el mundo le  daba vueltas.

-Ey preciosa. ¿Estás bien?  -Esa voz, era tan familiar como la de su propia madre.