Capítulo 12

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Falsa alarma, solo venían gente de seguridad, ni rastro de los chicos. Los de seguridad se fueron colocando al lado de las puertas, y pasillos, cada cinco pasos había  uno. Faltaba muy poco, era muy posible que los  chicos estuviese en el estadio.

Eran las 10:35 y todavía no estaban.

-Chicas-Susurra Noa y  mira al de seguridad- Está  hablano por walkietalkie, parece que al autobús del equipo se le ha pinchado una rueda.

-No joder, -Dijo Ariana- tengo que salir de aquí a las 12 justas... y como no lleguen el partido se va a retrasar y  llegaré tarde.

-Yo también tengo prisa, tengo que salir de aquí a las 12, como no lleeguen...-Mía empezaba a estar más nerviosa por momentos.

-Tranquila-Le dijo Mar poniéndole la mano en el hobro_ No creo que después de tanto tiempo esperándolos haya sido en vano. -Y sonrió. La sonrisa de Mar era aún más bonita que ella, esa niña era perfecta. Mía la abrazó y sintió como Mar sonreía en el abrazo.

-No sé quién necesitaba más el abrazo, si tú o yo, estoy nerviosisima -Respondió Mar al borde de las lágrimas.

-Ni se te ocurra ponerte a llorar ya, porque como empieces yo continuo, y no tenemos pañuelos suficientes para las dos. -Le dijo Mía riéndose, pero la angustia le recorría el cuerpo.

-Eh no vais a llorar ninguna, porque os pego. -Dijo Ariana riéndose.

-No nos pegues, porque como se ponga una a llorar continuamos todas, que yo soy muy sensible cuando veo a la gente llorar. -Dijo Rebeca. La música empezó a sonar más fuerte. Las cinco chicas se pusieron a gritar, no sabían si del susto o de la emoción. Lágrimas le empezaron a caer a Mar y Mía la abrazo. Mía se iba a poner a llorar en cualquier momento. Eran las once menos cuarto, el partido se iba a retrasar pero eso le daba igual ahora. Detrás de la puerta había un grupo de chicos saludando y lanzando besos rodeados de seguridad avanzaban hasta donde estaban ellos.

-COÑO LOS CHICOS, QUE SON ELLOS, QUE SON ELLOOOOOOOOOOS.-Ariana estaba atacada, jamás se hubiera imaginado como ella, tan rockera que parecía pudiera estar muerta de amor por los chicos de la plantilla. Los chicos se acercaban cada vez más, y Mía no sabía que hacer, si mirar el reloj o mirar a ellos. Lágrimas de emoción le empezaron a caer de los ojos.

-No llores Mía, espera cinco minutos más que entonces vas a salir mal en la foto. -Le dijo Rebeca a Mía en plan consuelo.

-A la mierda la foto, yo no aguanto más. -Y Mía comenzó a llorar más y más. Jamás había llorado de emoción, era una sensación completamente nueva, pero le encantaba. Los chicos pasaron por su lado sonriendoles y mirándolas, y Saúl vocalizo un "no lloréis, enseguida vamos" cosa que las volvió más locas y las hizo llorar más. Los chicos fueron al campo, y empezaron a sacarse fotos y a mirar y saludar a todas partes. Mía solo tenía ojos para Antoine, era todavía más guapo en persona. A Mía les abrumaba mirarlos, parecía que estaba en un sueño, su sueño. De repente, todos estos 50 días anteriores se le pasaron por la cabeza, aún no se creía que todo lo que había echo para estar ahora aquí. Pero aquí estaba, y ahí estaban ellos. Los chicos fueron a la salita y les sacaron una foto a las chicas para subirla a instagram. Las cinco chicas se secaron como pudieron las lágrimas y posaron para la foto. Después de eso, Simeone se acercó.

-Hola chicas, ¿Me dais lo que os quieran firmar los chicos? -Les dijo amablemente. Las cinco chicas sacaron la bufanda y su funda de móvil. Miraron para donde estaban los chicos y las estaban mirando. Simeone les dio las cosas a los chicos y rápidamente los chicos las firmaron.

-¿Vais a ir juntas? -Preguntó Simeone.

-Si, todas juntas. -Respondió Noa, parecía que era la única capaz de articular palabra. El de seguridad quito la valla que las separaba de ellos. Todas pasaron al lado de la valla corriendo y Mía se quedó la última. Cogió aire y pasó. Ahí estaban los cinco chicos abrazando cada uno a una de sus amigas. El primero que estaba era Carrasco, al lado de Torres, el tercero era Saúl, y por último estaban Koke y al final del todo, Griezmann. Las cinco chicas se pusieron al lado de los chicos y se sacaron la foto que les hizo Simeone, después de eso, cada una fue a abrazar a uno. Mía cogió otra vez aire y se acercó a Carrasco llorando.

-Hola. -Dijo Carrasco sonriendo, Mía se acercó a darle dos besos llorando, y cuando termino de darle dos besos se dio cuenta de que aún no le había dicho un "Hola" como respuesta.

-Ho...hola.-Mía todavía estaba más nerviosa que antes, no le salían las palabras y no dejaba de llorar, era justo como Mar le había dicho.

-Jajajajajajaj. -La risa de Carrasco... A Mía le dio algo al escucharla, lo único que pudo hacer fue sonreírle y pasar al siguiente. Antes de dar un paso e ir hacia donde estaba Torres, echo un vistazo a sus amigas. Para su alegría, estaban como ella, lloraban, les abrasaban y asentían ante preguntas que los chicos les hacían. Mía bajó la mirada y dio un paso a su derecha, ahí la esperaba Torres. Se miraron y Mía le sonrió, Torres le devolvió la sonrisa.

-Hola, no llores ¿Qué tal estás? ¿Qué te está pareciendo esta temporada?. -Le preguntó Blas, "demasiadas preguntas, demasiada información" pensó Mía.

-Hola, ge...genial, me está encantando. -Consiguió decirle a Torres, mientras le daba dos besos. Sonriendoles mutuamente pasó a donde estaba Saúl. Saúl levantó la vista de la bufanda que estaba firmando, y nada más verla llorar, la abrazó. Mía se quedó en shock, no se esperaba que Saúl la abrazara si que se lo pidiera, ese chico era tan adorable, Mía apenas podía levantar los brazos para abrazarle. Entre los brazos de Saúl se sentía como en casa, no quería que acabara el abrazo.

-Eh, no llores preciosa. -Le dijo Saúl mientras la soltaba. Los dos se miraron a los ojos, Mía seguía llorando a mares. Saúl la volvió a abrazar mientras le daba besos en la mejilla y la soltó. Viendo que seguía llorando hizo lo mismo unas dos veces más. Mía no se lo creía, estaba abrazando a Saúl, bueno, Saúl la estaba abrazando. No había nada más gratificante que tú ídolo te abrazara antes de que tu lo hicieras o antes de que se lo pidieras.

-No quiero verte llorar ¿Vale? No llores por favor, no llores, te voy a estar vigilando eh. -Y ante eso, Saúl le guiñó un ojo. Mía seguía sin saber que decir ni que hacer. Los simples actos de Saúl, la frase de "Te voy a estar vigilando" eso igual se lo decía a todas pero...¿QUE MÁS DABA? Se lo había dicho a ella y punto.

-Gracias, de..de verdad. -Y le devolvió la sonrisa a Saúl, jamás olvidaría lo especial que la había hecho sentir. Secándose las lágrimas pasó donde Koke. El estaba haciéndose una foto con bufandas por firmar que le había traído Simeone.

-Hola preciosa, no te puedo abrazar, tengo las manos ocupadas, ¿Me abrazas tu? -Dijo Koke sonriente. Mía lo abrazo y le dió dos besos, Koke también le había pedido un abrazo. Lloraba a mares de alegría, y no apoyaba mucho la cabeza cuando abrazaba a los chicos por miedo a mojarles las camisetas. Llorando aún más pasó donde Griezmann. Tenía miedo, y no sabía por qué, bueno, si lo sabía. Mía levantó la cabeza y lo vio sonriendo, le devolvió la sonrisa y de repente Griezmann abrió los brazos en señal de "abrázame". Casi corriendo, Mía se tiro en sus brazos llorando. Griezmann no paraba de susurrarle "no llores preciosa, no te quiero ver así, sonríe por favor" y Mía lloraba todavía más. No sé exactamente cuánto tiempo estuvieron abrazados, pero debió ser bastante ya que Simeone se acercó a ellos y les dijo "Venga vamos, que el partido tiene que empezar ya" a lo que Antoine respondió con un "Simeone por favor, espera, la estoy abrazando" y volvió a juntar su cabeza con la de ella y a seguir susurrándole cosas que la calmaran un poco. Cuando por fin Antoine se separó, lo único que le quedó fue sonreir. Mía se separó y se dio la vuelta para irse, pero no podía irse de allí sin decirle que era ella la de WhatsApp. Rápidamente, Mía se giró antes de que Antoine se fuera y le dijo con la voz entrecortada por las lágrimas:

-Antoine....

-Dime preciosa. -Contestó girándose y mirándola sonriente.

-Yo...yo...yo soy la de WhatsApp. -Y después de eso, la sonrisa de sus caras desapareció.

Cruza los dedos, no los brazosWhere stories live. Discover now