Capítulo 19: Atrapada en el medio

755 96 83
                                    

—¿Riley? —interrumpió aquella voz

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¿Riley? —interrumpió aquella voz.

"Mierda", se dijo ella por dentro. La habían reconocido en pleno beso de película con Max y no podía decir qué tan malo era aquello. Y por lo visto, Max no tenía intención de soltar sus labios, cosa que no estaba mal para nada, pero si te hablan tienes que dejar de besar al vampiro.

Fue ella la que se separó un poco, siendo sincera, hubiera preferido que ese beso no acabara de pronto y así. Quería volver a hacerlo, eligieron un mal lugar, porque si hubieran estado solos nadie los iba a detener. Cuando Riley se giró a ver quien le había hablado, encontró a Jazmín mirándola sorprendida. A su lado iba un chico de su edad que también miraba la escena sin entender. Y ahora la que estaba confundida era ella, ¿por qué la miraban así?

—Hola, Jazmín —respondió ella. Intentó separarse un poco de Max, porque en realidad estaban pecho con pecho y muy juntos, pero él no la saltó. Momento incómodo. Ella le dio un codazo discreto y al fin se liberó de esos brazos. Aún así, Max se puso tras ella y la rodeó por la cintura, como quien dice "De acá no te escapas, querida".

—Ahh... disculpa, creo que interrumpo algo —dijo la bruja.

—Claro que si —respondió Max en un tono que sonó algo duro—. ¿No deberías estar en la escuela? Y tú también —le dijo al chico pelinegro que acompañaba a Jazmín.

—Si, en teoría debería estar en la escuela —contestó el muchacho—. Pero soy fan de no perder mi tiempo en clases aburridas, así que salimos a hacer algo vivencial por los jardines. No sabía que ya andabas seduciendo niñas.

—Mejor cállate —le dijo molesto Max. Y como ella no quería ser la niña seducida por Max, al menos no delante de esos dos, hizo lo posible para separarse y conservar su autonomía—. ¿A dónde vas, cariño? —dijo de pronto Max. No la quería soltar, era obvio que quería continuar lo que empezaron hace un momento. Ella también, pero no así. Le daba un poco de vergüenza eso.

—Quiero conocer la escuela —dijo ella, la excusa más barata—. Nos vemos luego, Max. Te busco en la casa.

—En el palacio arzobispal —corrigió Jazmín.

—Si, bueno, ahí —se giró para mirarlo. Él le sonrió de lado, al fin Max la había cantado.

—¿En serio? —preguntó él.

—Si, nos vemos al rato —pidió ella. Se había dado cuenta que tenía una extraña manía de huir de Max cada que daban un paso que los unía. Ahora con este beso, en lugar de despedirse de Jazmín y correr con él al palacio, elegía escaparse con Jazmín y el chico desconocido a recorrer la escuela. ¿Tenía miedo de Max? ¿O tenía miedo de lo que le hacía sentir? No estaba segura, y en ese momento no quería pensarlo.

—Está bien, te espero —dijo el vampiro soltándola al fin. Se separó, sentía el corazón acelerado. Max se fue caminando con una sonrisa, como si de verdad no le hubiera molestado que lo cortara así. Quizá ya a esas alturas Max se había dado cuenta que tenía miedo, y fácil hasta le hacía gracia. Para su sorpresa, Max aceleró sus pasos y en un abrir y cerrar de ojos ya estaba fuera de su vista. Jazmín y su amigo ni se inmutaron, para ellos eso parecía ser normal.

Reina Escarlata I: Guerra de sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora