Capítulo 16: Planes secretos

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Se sintió un poco agitado, así que antes de continuar decidió sentarse un momento a descansar

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Se sintió un poco agitado, así que antes de continuar decidió sentarse un momento a descansar. ¿Cuánto tiempo llevaba corriendo? Le echaba unos treinta minutos, quizá más. Hace buen rato que no lo seguían, tenía que calmarse un poco. Jesse Dagger respiró hondo varias veces, se secó el sudor de la frente y miró la hora en su celular. Si, estaba corriendo hace más de treinta minutos y ya había cruzado el bosquecillo. Nadie lo alcanzó, o al menos eso esperaba.

Durante los últimos días las cosas en su vida habían cambiado por completo y de una forma que jamás esperó. Todo se precipitó, no se suponía que las cosas salieran de esa manera. Siempre supo que la situación era delicada, pero hubo un factor sorpresa que acabó por trastornarlo todo: La llegada del padre de Riley, luego su muerte. Sobre todo su muerte. Sabía que ya era muy tarde para poder recriminarle a Max por lo que hizo, pero aún así el joven brujo estaba convencido que las cosas irían mucho mejor si el hombre aún siguiera con vida. O mejor dicho, si él y su sangre venenosa siguieran con vida. Con él, Philippa y los Dagger no tendrían necesidad de buscar a Riley.

Philippa, su madre. Era extraño ya no pensar en ella como su madre, pero es que Jesse ya no podía verla así. Sabía que lo amaba, sabía que quería que vuelva a su lado para combatir juntos a los vampiros, pero él ya no podía hacer eso. Por más que le doliera, no estaba de acuerdo con las acciones de su aquelarre. No estaba para nada de acuerdo con ellos en realidad, por eso se separó y fue junto a otros que tampoco querían formar parte de los nuevos tratos de los Dagger. Jesse se fue con sus tíos a Denver, ahí donde siguió el rastro de Riley Hudson. La conoció, se acercó a ella, se hicieron amigos. Y por poco falla en la misión de protegerla.

Ahora estaba a salvo, logró que los vampiros Sallow que lo perseguían queden atrapados en su trampa y huyó antes de que alguien pudiera escapar. ¿Podía alguien creer eso? Philippa envió vampiros Sallow a por él, a que lo encuentren y lo lleven delante de ella para que le rinda cuentas. ¿Qué iba a decirle? Si madre, encontré a Riley antes que ustedes y le oculté esa información a mi aquelarre. Cubrí su escape, me llevé el cuerpo de su padre e hice que me persiguieran pensando que lo había secuestrado y que estaba vivo. Si, era un traidor completo al aquelarre Dagger y no le importaba. Porque Jesse sabía que aquellos que pactaban con vampiros y no respetaban la verdadera esencia de su aquelarre eran los verdaderos traidores. Él algún día retomaría el poder y pondría las cosas en orden. Pero no ahora.

Primero tenía que salvar a Riley.

Aprovechando que se sentía a salvo y que al fin tenía un momento para tomar las cosas con calma, Jesse cogió de nuevo su celular y marcó un número que recordaba de memoria. No contestó a la primera llamada, pero a la segunda se apresuró a hacerlo.

—¿Si? —dijo la persona del otro lado de la línea.

—Soy yo —contestó él esperando que eso bastara.

—¡Jesse! —gritó al otro lado de la línea—. Ah mierda... lo siento, olvidé que no tenía que nombrarte en voz alta. Ya sabes, la gente habla y hay que detenerla.

Reina Escarlata I: Guerra de sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora