41: Visita molesta

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—Al finalizar la clase les entregaré a cada uno la lista de los departamentos interesados en ustedes, y mañana temprano deberán aceptar alguna de las solicitudes. Otro aviso, su compañero Iida Tenya ha tenido un pequeño percance, por lo que no podrá venir el día de hoy —Aizawa ya había terminado de introducir las noticias, y comenzaba a explicar lo que se haría en la clase del día.

Tenía razón, ese día el salón se había estado comportando como un montón de niños sin madre, y en mayor parte era porque no estaba Iida para controlarlos como usualmente hacía. La misma Yaoyorozu se había quedado fuera del salón con Todoroki como para poner orden, y a él le importaba un carajo lo que hacían sus compañeros siempre y cuando no lo involucraran.

Sin pensarlo mucho, solo llevaron la clase con normalidad hasta que terminaron el día. Al final, como dijo Aizawa, se les otorgó una lista con todos los héroes interesados.

—¡Bro! ¿Con quién te vas a ir? —preguntó de pronto Kirishima, apareciendo detrás de su hombro derecho para ver la lista.

—Aún no lo sé, ni siquiera conozco a la mayoría… —se quejó, encontrando dos o tres héroes que alguna vez admiró.

—Yo iré con el héroe Fourth Kind. Sé que es muy rudo y su estilo es brutal, enteramente físico, y quiero aprovechar eso de mi Quirk.

—Creo que iré con el que esté más arriba en el top… —Katsuki no lo pensó más, arrugó la hoja y la metió en su pantalón para disponerse a irse.

Ese día había estado un poco más mierda de lo normal. Necesitaba un pequeño descanso de todo eso. Durante el camino de regreso, logró que Kirishima se despegara de él y llegó a casa desganado.

Ese mismo día había comenzado a notar una actitud un poco extraña de parte de algunos alumnos de Yūei hacia su persona, seguramente por lo que había dicho en el festival deportivo. Siempre le habían tratado con distancia, con algunos reniegos o intentos por hacerlo enojar para divertirse (lo que lograban). Pero, jamás le habían caído miradas completamente de desprecio, muy a pesar de haber sido como era toda su vida.

Escuchar uno que otro murmurar sobre él, o incluso algunos podían hacerle burla pero específicamente de lo que pasó en el festival deportivo. Más que enojarlo, solo fue un poco molesto, y le preocupaba que fuese así de ahora en adelante, sería cansado, pero admitía que se lo había buscado. Pensó, que si eso no le afectaba en su camino a ser héroe, entonces no tenía por qué hacer algo al respecto, no tenía por qué arrepentirse.

Ahora solo se concentraría en mejorar su resistencia a las explosiones y la fuerza con que las expulsaba.

—¿Todo bien Katsuki? —preguntó su madre cuando vió al rubio llegar con la cabeza baja, era raro verlo así.

—Todo está jodidamente bien ¿Sí? Ya deja de preguntar… —sin esperar o escuchar la respuesta de su madre, subió con prisa a su habitación. Maldición, que solamente estaba pensativo, no es como si de repente quisiera suicidarse de la depresión. Todo estaba jodidamente bien.

Mierda, no lo estaba.

Recién había llegado a su casa para descansar y dejar de pensar en todas esas cosas que tenía en su cabeza sin respuesta, pero no podía, simplemente era involuntario el repasar una y otra vez todo lo que estaba sucediendo. Perder el festival deportivo, más específicamente, perder contra Todoroki, además de ayudarle a motivarse para ser más fuerte también le había caído pesado. Era un balde de agua fría, él jamás había perdido, ni siquiera con los niños mayores que se metían con él cuando tenía alrededor de siete años. Eso solo le hizo ver que siempre habría alguien mejor, por más esfuerzo que pusiera.

Y por la mismísima mierda, que él sí se había esforzado. El hecho de que lo pintara como si fuera algo nato hacía que los demás pensaran que no ponía nada de su parte, pero sí lo hacía. Nadie llegaba lejos con pura suerte. Desde que entró a la pubertad comenzó a ejercitarse para que sus músculos pudieran resistir la intensidad de sus explosiones, se la pasaba la mayor parte de su tiempo libre estudiando para obtener las mejores calificaciones, y aunque no lo creyeran, actualmente estaba trabajando en mejorar su actitud con un poco de ayuda de All Might. Así es, él era capaz de aceptar ayuda, aunque no lo admitiera de forma abierta y a los cuatro vientos.

Se esforzaba por llegar lejos, y nadie veía eso en él, simplemente se burlaban por proclamarse ser el mejor pero no lograrlo. Lo que más le enfurecía era Todoroki, ese idiota, teniéndolo todo a su favor se niega a dar todo de sí, usando solo la mitad de su jodido poder, haciendo berrinches de niño rebelde contra su padre el número dos. Realmente lo tenía todo, porque, si Katsuki tuviera todas las ventajas que tenía él, estaría muchísimo más lejos de donde está, muy cerca de cumplir su verdadero sueño de ser el número uno. No era envidia, para nada, era solo una molesta espina en la planta del pie, porque a pesar de tenerlo todo se daba el lujo de contenerse, se daba el lujo de decirle que le ganaría solo con la mitad de su poder, y Katsuki odiaría eso.

¿Quién no se sentiría humillado luego de ser derrotado por alguien que usó solo la mitad de su poder? Inconscientemente agradece que Todoroki haya explotado con sus insistencias en recalcar su situación con el héroe número dos, porque tampoco le habría gustado para nada ganar contra alguien que se contuvo. Si hubiese sido así, entonces significaría que solo podría ganar si el otro usaba la mitad de su poder, sería una victoria vacía, inútil.

Cerró los ojos y suspiró, estaba comenzando a sentir una jaqueca. Su tranquilidad, que era lo que más había deseado durante todo el día, se vió interrumpida por la llegada de alguien. Su madre le gritó desde el piso de abajo que lo buscan, y esperaba que no fuera Kirishima y Kaminari como la última vez. Tardando su debido tiempo, la mujer volvió a hablarle y solo atinó a responder de la misma manera.

—¡Vamos que no quiero hacer esperar a Izuku! —gritó Mitsuki, dejando a Katsuki congelado en su lugar.

Maldición, tanta pelea y tanto pensar le habían hecho olvidarse de ese mocoso que insistía con ser su amigo y que aún esperaba una respuesta. Suspiró como si dejara ir a su alma, y bajó de una vez sin prisa.

Estúpido QuirklessWhere stories live. Discover now