19: De lo que trata ser héroe

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Ese día había sido bastante fatídico. Katsuki, quien odiaba que su madre le ocultara cosas, recibió la visita sorpresa de la familia Midoriya.

Lo peor del día fue aquella "plática" que tuvo con Izuku dentro de su habitación. El mocoso parecía haber aceptado su desgraciada vida, era como si sus comentarios respecto a ser un Quirkless ya no le importaran. Aunque era igual de necio, ahora quería ser su amigo y le prometió que iba a pensarlo...

Era una clara señal de que ya no podría intimidarlo con tanta facilidad.

Tal vez no entrar en Yūei fue un golpe tan duro para el chico, que al no matarlo, solo lo hizo más fuerte.

Cuando escapó de la mesa para escabullirse en su habitación y encerrarse, se aventó a su cama y desbloqueó el celular. Sin pensarlo dos veces entró a la galería, pero esta vez no fue para borrar las fotos, sino para verlas.

De hecho, llevaba muchos años distanciado de Izuku, si es que se podía decir eso. No se arrepentía en absoluto de lo que había hecho, porque Izuku se lo merecía por subestimarlo, pero Katsuki no era un bravucón sin cabeza como aparentaba.

Hacía años que no veía a Izuku, en toda la definición de la palabra. Ahora, frente a sus ojos estaban tres fotos del pecoso. No estaba pensando lo que hacía, y no le importaba realmente, así que miró a detalle la primer foto.

Izuku sonriendo, con la misma cara de menso que ponía siempre, mostrando sus dientes y sus grandes ojos verdes. Hasta podía distinguir un pequeño rubor en sus mejillas llenas de pecas.

La segunda foto mostraba a Izuku sacando la lengua. Maldita mueca, lo hacía ver adorable y eso era doblemente molesto para el rubio.

Y en la tercera foto se apreciaba a un pequeño Izuku con los ojos cerrados, como si estuviera aguantando la respiración mientras fruncía el ceño. ¿Es qué estaba pensando cuando hizo esa mueca? No tenía sentido. Probablemente intentaba hacer una cara fea y no le salió.

Maldito nerd de mierda, dijo Katsuki en sus pensamientos mientras borraba las fotos sin resentimiento alguno.

No sabía que pensar al respecto. Katsuki sinceramente estaba sorprendido de la actitud de Izuku. La vez que se lo topó en la estación de tren se veía tan deprimido y frágil, y ahora llegaba y se atrevía a sonreírle, decirle un montón de cosas y tomar fotos con su teléfono.

¿Eran la misma persona? No tenía idea del contexto de las emociones de Izuku, pero no estaba acostumbrado a que el pecoso mostrara actitudes muy diferentes de un encuentro a otro. Normalmente siempre estaba cabizbajo en todos sus encuentros durante la secundaria, y muy pocas veces lo enfrentaba con puños, veces muy contadas.

Ah, Katsuki estaba tan enojado consigo mismo en ese momento. Lo sabía, estaba comenzando a sentir un poco de curiosidad, quería saber el por qué de las cosas, pero se negaba a aceptarlo. No quería involucrarse más con Izuku, pero aún así ahí estaba, pensando en él.

Para colmo su madre y las situaciones no ayudaban.

...

El tiempo pasó volando para Katsuki. La escuela era una tortura en la parte donde tenía que socializar y hacer equipo con sus otros compañeros, pero del lado de las tareas todo era pan comido. Él solo quería sacar diez y vivir en paz.

Su lugar seguro era su cuarto, aunque a veces aquella tranquilidad era profanada por su madre, que lo obligaba a ayudarla en tareas de la casa o a hacer la cena.

Todo iba bastante bien, pues ya no había pensado de nuevo en Izuku. Bueno, no tanto.

Aquello de rescatar gente y no solo vencer villanos quedó muy presente en Katsuki. No porque lo haya dicho Izuku, sino porque reflexionó las cosas después de analizar a su héroe favorito.

Estúpido QuirklessWhere stories live. Discover now