21: Chicas con Quirks geniales

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Las siete chicas estaban arrimadas susurrando, llamando la atención de algunos otros clientes.

Desde la cocina, otras dos chicas las veían con algo de curiosidad. Izuku se había refugiado en ese lugar, y sus compañeras meseras aprovecharon el momento de distracción para seguirlo y chismear qué rayos estaba sucediendo.

—Midoriya kun... ¿Quiénes son todas esas chicas y por qué hablan de ti en voz baja? —a pesar de hablar en voz baja, Mimi lograba oír lo que decían, y le contó a Karin, que ahora estaba molestando al pecoso.

—¡N-no tengo idea! —y no mentía, realmente no sabía por qué hablaban de él. Todo era culpa de Mina.

—Por favor, ¿Me vas a decir eso? Pronto será tu descanso —dijo Karin, obviamente molestándole con la idea de que debía pasarlo con ellas.

—M-midoriya kun, no te avergüences, es normal —Mimi intentó calmar el ambiente tenso, aunque también estaba nerviosa al hablar temas de ese tipo, pues ella jamás había lidiado con ese tipo de cosas en su adolescencia. Para Izuku aquello tampoco era normal.

—Solo les entregaré sus pedidos y comeré adentro... —su plan era bueno. Evitar a toda costa relacionarse con tantas chicas. Con Mina y sus compañeras de trabajo era suficiente.

—¡Ay, no seas así! —Karin le puso una mano en el hombro—. Solo quieren ser tus amigas, supongo. Dales una oportunidad. Si no te gusta para la próxima te encierras.

El pecoso echó un vistazo más. Las chicas reían mientras seguían diciendo sus cosas de chicas. Aún no entendía por qué todas fueron con Mina, era más que obvio que lo querían conocer por lo que se llegaba a escuchar de su plática, era de lo más extraño que le ha pasado en la vida.

Jamás habría imaginado que en algún punto de su vida más de cinco chicas quisieran conocerlo al mismo tiempo. Eso se oye como algo que viviría una estrella de rock, o Katsuki...

—B-bien... Lo intentaré —aceptó, cosa que no habría hecho antes de todo lo que había vivido hasta ese momento. Estaba nervioso, tanto que le temblaban las manos, pero estaría orgulloso de decir algún día cuando viejo que estuvo en esa situación con un montón de chicas.

Luego de prepararse mentalmente, llevó poco a poco los pedidos de las chicas, hasta que solo le faltaban unos dos platos.

—¡Gracias Midoriya kun! —vociferaba Mina con mucha energía, justo se dio cuenta que ya no faltaba nada de lo que habían ordenado—. Sé que puede ser descortés, pero ¿De casualidad podrías sentarte con nosotras? —oh, Izuku ya lo había visto venir, era obvio que lo intentaría retener. Vio la oportunidad para asentir y fingir que se sentaba con ellas porque lo pidieron.

—C-claro... Pronto es mi descanso. Provecho —hizo una pequeña reverencia y salió casi corriendo al cuarto de empleados. Estaba comenzando a hiperventilarse, y sentía su cara arder.

Se mojó un poco la cara, y volvió a prepararse porque la primera vez no fue suficiente. Se quitó el uniforme, y con calma y cuidado se acercó a donde las chicas, tomando otra silla para sentarse.

No quería creerlo, pero realmente era el centro de atención. Las pláticas de las chicas habían minorizado, y sus miradas estaban sobre él.

Se tomó la molestia de mirarlas una por una a los ojos, hasta llegar a Mina y bajar la mirada avergonzado.

—Bueno, Midoriya kun. Le hablé de ti a las chicas y querían conocerte, les dije que eras lindo —Mina rió risueña, y las demás le siguieron asintiendo a lo dicho.

—¿Sí? —Izuku no sabía que decir. Jamás había sufrido por algo como eso.

—Síp —asintieron todas casi al mismo tiempo.

Estúpido QuirklessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora