¿De dónde me conoces, Camille? | (Saga Sueños)

Capítulo 51

Parpadeo varias veces hasta acostumbrarme a la luz de esta hermosa mañana. Veo el angelical rostro de mi novio, quién aún sigue dormido.

Me sonrojo al recordar todo lo que hicimos anoche. Sé que no soy virgen, pero... ¡Oh Dios! Alex es el único quien puede hacerme sentir como una adolescente inexperta de nuevo. Y mi primera vez no fue nada fuera de otro mundo o como lo pintan en las películas, sino que fue incómodo. Pero bueno, son cosas que pasan.

No puedo dejar de sonreír... ¿Y quién lo haría? Fue una de las mejores noches de mi vida.

Veo la cadenita que aún está en mi cuello, la agarro y cierro mis ojos. No puedo creer que él lo haya hecho por mí, esta cadenita significa mucho.

Aún no puedo creer que todo esto me esté pasando. ¿En serio está pasando? Porque aún no lo puedo creer.

Sonreír, es la única manera que encuentro para expresarme ahora.

- Te ves hermosa. - abro los ojos y veo a Alex. Está apoyado sobre su brazo, mientras me mira. - ¿En serio eres real? - pregunta. - Porque eres perfecta.

Dios, qué hice para merecerlo.

Me acerco a él y lo beso. Él se coloca sobre mí. - ¿Qué te parece una segunda ronda? - siento su aliento sobre mi pecho.

Cuando estaba por responder escuchamos su teléfono. Lo miro y luego lo miro a él.

- ¿No vas a responder? - me mira y asiente gruñendo. Río. - Gruñendo no obtendrás nada. - coge el teléfono y rueda los ojos. - También te quiero.

Me levanto de la cama y me coloco su camiseta la cual estaba en el suelo. Me estiro y luego camino hacia el lugar en donde está Alex. Lo abrazo por detrás.

- Solo dame una hora... Estaremos ahí... Lo hago por ellos... Sí, sí... ¿Podrías dejarme pasar una linda mañana con mi novia? Gracias. - cuelga. - A veces es muy irritante. - dice refiriéndose a Theo.

- No diré nada sobre él, no lo conozco.

- Está bien. - voltea y me mira. - Hey... Debí quitar toda la ropa. - río.

- Tú estás en ropa interior y yo igual. Así que no lo pensaste bien. - me encojo de hombros. - ¿A dónde irás?

- Iremos. - ¿Iremos? Lo miro confundida. - Ya lo olvidaste, ayer te dije que vendrías conmigo... ¿O acaso quieres que te secuestre? - me mira pícaro.

- Ya los haz hecho una vez, por qué te detendría ahora. - me encojo de hombros y ríe.

- Antes de irnos...

- Debemos bañarnos. - digo.

- Una segunda ronda en la ducha, eh. - coloca sus dedos en mi barbilla. - Eres traviesa. - río, pero él me corta besándome. - Pero antes de eso... Espérame, ahora vuelvo.

- Alex... - Y salió en ropa interior. Quisiera ver la cara de Imma al verlo así. Río imaginándolo.

Escucho un grito al cual le siguen más y más, pero desde aquí se oyen como murmullos. Está casa es muy grande, pero apuesto a que es Imma.

Veo a Alex entrar a la habitación con su guitarra azul.

- ¿Por qué no me avisaste? - pregunta señalando su cuerpo. Río. - Imma parece mi madre. - se acerca a mí y hace que me siente en la cama. Lo miro colocarse al frente de esta y se coloca la guitarra. Sentándose en una banca.

Lo miro con el ceño confundido, pero al mismo tiempo sonrío. Imagino lo que está por venir.

- Te he oído escuchar esta canción... Cientos de veces. - dice. - Pero ahora quiero que las escuches en vivo y en directo. - mira su guitarra y acerca su portátil a él. Coloca un sonido que es muy conocido para mí.