NARRA JENNI:
— Bueno, Max. Somos tú y... — De pronto algo golpea mi auto.
¡Genial! El karma, es el karma.
¡Discúlpame, Camille!... En dónde quiera que estés.Agarro a Max y salgo del auto. El conductor del otro auto también sale, que conste que él fue el que me golpeó.
Esto le saldrá caro.
— Lo siento. — dice.
— No pues, te disculpo... — me mira sorprendido. Se encoge de hombros y vuelve a su auto... ¡¿Es en serio?! — ¡Por supuesto que no te disculpo! ¡Tendrás que pagar los daños y mira... — acaricio a Max. — Él se asustó! ¡Le pagarás un psicólogo! — Soy algo exagerada, solo algo.
— ¡¿Qué?! Te pagaré los daños, pero no un psicólogo para el perro. — Tapo las orejas de Max y abro la boca.
— No es un simple perro... ¡Es Maximiliano Tercero! — me mira como si estuviera loca. Ok, no puedo resistirlo más, empiezo a reír. Me encanta molestar a la gente.
— Oye, si no te importa debo irme. — dice. — Debo ir al trabajo.
— No, bueno... Yo no, pero aún así, debes de pagar.
— Lo sé y te lo pagaré... ¿Acaso no me conoces? — frunzo el ceño. ¿Conocerte? No pues, ni que fuera el presidente.
— ¿Por qué te conocería?
— Ten, este es mi número. — me da un papel con su número. — Llámame y yo pagaré lo daños. — dice caminando a su auto. — ¡Soy Marcus Brown!
NARRA CAMILLE:
— ¡Asher, no! — río y me alejo.
— Pero...
— Mmmm. — saboreo mis labios. — Vainilla.
— Se supone que deberías molestarte porque te manché con helado, pero no... Eres rara, Camille Andersson. — río y me encojo de hombros. — Pero eso es lindo. — me sonrojo.
Decidimos ir por unos helados, el suyo es de vainilla y el mío es de vainilla con chispas de chocolate. Ahora estamos caminando por la ciudad, mientras hablamos sobre nosotros y nos conocemos más.
Me cae bien y es muy lindo.
Cada vez que tiene la oportunidad logra hacerme reír o logra hacer que me sonroje.— Cuidado. — coloca sus manos en mi cintura y hace que rodeé un charco.
— Gracias. — sonríe y sigue caminando.
De pronto su rostro que mostraba ternura cambio radicalmente por un gesto serio.
— Camille... ¿Por qué cancelaste nuestra cita? — «Oh, era eso.»
— Como te dije... Tuve que salir. — miro los edificios.
— Sé que saliste con Alex. — lo miro. — No puedo llevarte a San Francisco, pero al menos puedo hacerte reír.
— Asher, no tuve opción... Lo siento, pero no tengo porqué darte explicaciones. — Nos quedamos callados durante unos largos segundos. Pero tengo razón, es alguien al que recién estoy conociendo y no tengo porqué explicarle nada sobre mi vida personal o lo que hago con ella.
— Lo siento, no debí hablar de ese tema. — dice. — ¿Estás molesta? — niego con la cabeza.
— No dejemos que eso arruine nuestra salida. — asiente. — Ahora... ¿Qué hacemos?
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¿De dónde me conoces, Camille? | (Saga Sueños)
RomanceSeis años. Seis años han pasado desde que Camille despertó del coma. Trató de olvidar al chico con el que soñó: Alex. Le fue imposible, cada cosa a su alrededor lo hacía recordarlo. Algunas cosas del sueño pasaron, pero no sucedieron de igual manera...