No saben cuánto la extraño, sé que no hablo mucho de ella; pero realmente no saben cuánto la extraño. Es la mejor noticia que me pueden dar.
Ha pasado una semana y adivinen qué... ¡Ya tengo un nuevo trabajo! No es permanente, lo considero trabajo porque muchas marcas famosas me mandan mensajes para tomar fotos a modelos o a los productos que venden y me gusta, ya que no estoy en un solo lugar.
Ayer por la noche complací a mi novio de dormir con él, tampoco quiero que se me haga costumbre estar aquí todo el tiempo.
Bajo al primer piso y me encuentro con Imma, la chef personal de Alex. Sonrío al verla. Ella siempre me consiente cuando de comida se trata.
- ¡Imma! - la acompaño a la cocina. - ¿Esta vez sí te puedo ayudar?
- Camille, ya te lo dije, no queremos que quemes la cocina. - ríe.
- En mi defensa, Alex me distrajo. - me uno a su risa. - Hablando de Alex... ¿Lo has visto?
- Está en el jardín de atrás con la señorita Ámbar. - Y toda la felicidad que tenía, por la noticia de esta mañana, fue reemplazada por molestia.
- Ahora vuelvo. - ella sonríe, es evidente que sabe lo que voy a hacer.
- Pequeña, celosa. - murmura cuando estoy por salir.
- ¡Te escuché! - la escucho reír.
Los veo hablar, bueno Alex está hablando, mientras que Ámbar intenta acercarse a él. Salgo y me acerco a ellos.
- ¡Buenos días! - beso a Alex, tal parece que no se lo esperaba, pero luego me siguió el beso. Escucho a Ámbar gruñir. - ¡Oh, hola, Ámbar! No te ví. - sonrío falsa, tal cual ella lo hace. - ¿Qué haces aquí, querida?
No soy de decir "querida", pero si ella me llamó así... ¿Por qué yo no lo haría?
- Vine a hablar con Alex. - lo miro.
- Ah, está bien. No los interrumpo más... - digo alejándome de él. - Oh. - lo miro. - Por poco lo olvidaba... ¿Crees tener tiempo mañana por la noche?
- Para ti tengo todo el tiempo del mundo. - sonrío. Miro a Ámbar.
- Mejor hablamos luego, cuando estemos solos. - asiente. - Adiós, Ámbar. Un placer haberte visto.
¡Gran mentira!
- Lo mismo digo. - Podría asesinarme con su mirada, pero no puede y jamás lo hará.
Sí, lo sé, estos celos no son nada buenos y es posible que Alex ya los haya notado. También sé que Alex solo me quiere a mí, pero en mi defensa... Ámbar no deja de provocarme.
Llego a la cocina y veo a Fer hablar con Imma.
Ambas me miran. - ¿Qué?
- Podrías ganar un Óscar por tus escenas de celos. - Ambas ríen. - Pero te apoyo, no soporto a esa chica. - dice Fer. - La llevo aguantando años solo porque es amiga de Alex.
- ¿Hace cuánto tiempo son amigos? - me siento a su lado. Veo a Max acercarse a mí. - Hola, bebé.
- Quiere a ese perro más que a nada en el mundo. - dice Imma y miro su espalda entrecerrando los ojos, mi intimidación no funciona cuando cocina.
- Cuatro años. Realmente no sé si ella lo considera su amigo. Durante todos estos años, a mi parecer, Alex ha sido la ayuda que ella, evidentemente, quería para dar su salto a la fama. - dice Fer molesta. - Lo mejor sería que se alejara de él.
- ¡Buenos días! - dice Alex entrando a la cocina, Max lo sigue. - Hermanita. - besa la frente de Fer. - Imma, como siempre consintiéndome. - ve lo que cocina Imma para el desayuno. Besa su mejilla. - Y tú. - me señala. - Debemos hablar.
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¿De dónde me conoces, Camille? | (Saga Sueños)
RomanceSeis años. Seis años han pasado desde que Camille despertó del coma. Trató de olvidar al chico con el que soñó: Alex. Le fue imposible, cada cosa a su alrededor lo hacía recordarlo. Algunas cosas del sueño pasaron, pero no sucedieron de igual manera...