¿De dónde me conoces, Camille? | (Saga Sueños)

Capítulo 15

¿Hablar? ¿Sobre qué quiere hablar? ¿Será que ya vió la revista en donde salgo con Alex como su guardaespaldas? ¿Ian le habrá contado sobre Asher? Lo dudo, Ian no haría eso. Pero... ¡¿Sobre qué quiere hablar?! ¡Todo este misterio no me deja dormir por las noches!

Ha pasado una semana desde que nacieron Adam y Austin. El primero es hijo de Zack y Aly y el segundo de Joe y Nicky. Ambos bebés son hermosos y tienen el color de ojos de sus padres, verdes.

- Bien, ¿qué sucede? - pregunta Jack abrazándome por los hombros. - ¿Qué o quién tiene esa cabecita por las nubes?

- La curiosidad.

- La curiosidad mató al gato. - lo miro.

- Pues creo que mi mellizo me matará y no la curiosidad. - ríe. - Es la verdad.

- Es tu hermano, no creo que te mate... A no ser que se trate de un chico. - miro la cámara en mis manos. - No es un chico, ¿verdad, Camille?

- No... ¡A ver! ¡Esa no es la cuestión, mi hermano no me dice sobre qué quiere hablar! Simplemente me dijo: "Debemos hablar". - imito su voz.

- Tal vez... Quiere contarte algo.

- ¿Qué me podría contar?... Espera... Él está viviendo con Daiana, así que algo interesante debe estar pasando ahí. - sonrío.

Veo al modelo entrar. - Seguimos. - dice y asiento suspirando.

Me gusta la fotografía, me encanta; pero esto de estar tomando fotos en un mismo lugar como que ya me está aburriendo.

NARRA KYLE:

Unos días antes...

- ¿Quieres comer algo? - pregunto y la miro sentada sobre la cama de la habitación que le di. Niega con la cabeza. - ¿Te sientes bien?

- Estoy bien.

Hace unos días vi en una página la declaración que hizo el mal nacido de Josh Clayton sobre Daiana, eran puras mentiras. No las diré, son unas declaraciones muy fuertes y no sé cómo una revista puede publicar cosas así.

- No, no lo estás.

- ¡Bueno! ¡¿Y tú qué sabes?! - se levanta y se acerca a mí. - ¡Tú no has vivido lo que yo he vivido! ¡Tú tienes a tus padres! ¡Tienes hermanos! ¡Tienes amigos que te apoyan! ¡Yo no! - veo las lágrimas caer por sus mejillas. - ¡No sabes por cuánto he pasado durante toda mi vida! - Cae de rodillas al suelo. Bajo hasta estar a su altura. - Quisiera tener a mi madre viva... - Quito las manos de sus ojos y seco sus lágrimas con mis pulgares. Luego de eso la atraigo hacia mi pecho y la abrazo. - ¿Por qué eres tan bueno conmigo? No hago más que gritarte.

- Porque no me gusta verte así y porque sé que no la has pasado bien. - Me paro y hago que se levante. - No voy a dejar que te derrumbas. Te apoyaré en lo que necesites.

- Gracias.

- Aún no lo hagas, aún no agradezcas... No, hasta que todo lo que te atormente haya desaparecido.

En la actualidad por la mañana..

- ¿Lista? - toco la puerta de su habitación.

- Son las cinco de la mañana... ¿Por qué tenemos que correr a esta hora? - Sale y da un beso en mi mejilla. - Buenos días.

- Buenos días. - caminamos en dirección a la cocina. - Ya te lo dije, es bueno levantarse temprano y hacer ejercicio.

- Lo que tú digas, entrenador. - río. - ¿Qué es gracioso? - me mira y me entrega una botella con agua.