- Es una simple foto. Entiéndelo.
- Pues, no. No lo entiendo.
- Me importa un bledo si lo entiendes o no... Ahora, dime. ¿Qué hay entre Daiana y tú? - busco mi maleta y salgo de casa. Agarro a Max de su correa y subimos al ascensor.
- No hay nada, solo somos buenos amigos.
- No te hagas, sé que ustedes son algo más... O al menos sé que tú quieres ser algo más de ella. - Salgo del edificio.
- Cam, en serio, no hay nada... O no va a pasar nada hasta que ella se recupere de todo lo que ha pasado. - cruzo la calle. - Sabes que para ella es muy difícil.
- Entonces sí la quieres.
- ¿Qué acaso nunca escuchas?
- Sí, te oí. Sé que es muy difícil para ella... Hablando de eso. ¿Qué pasó con la denuncia?
- Todo va bien. Al menos están haciendo justicia, espero que ese mal nacido no haga nada en contra. Iremos el viernes.
- ¡¿Van a venir?!
- Si...
- ¡Ahhhh!
- Fue muy tarde para decirte que no grites. ¡Mis tímpanos, enana! - ruedo los ojos y río. - Debo dejarte.
- Está bien, te llamo luego o mañana. - Cuelgo.
Camino hasta llegar al lugar de las fotos, nueva sesión. Pero esta vez voy a estar con Jack.
- Disculpa, - veo a la joven pareja que me detuvo. - sabes si aquí es...
- ¡Perrito! - dice la chica y juega con Max.
- ¡Camille! ¡Llegué! - veo a Jack correr hacia mí.
- ¿Eres Camille? - asiento. - Somos la pareja a la que tomarás las fotos. - sonrío.
- Bueno, ya saben mi nombre. Él es Jack, mi compañero.
- Somos Ryle - señala a la chica, quién sigue jugando con Max. Nos sonríe a modo de saludo. - y Daniel. - se señala.
- Un gusto. - sonrío. - Me dijeron que quieren fotos que demuestren su amor.
- Sí. ¡¿Podemos tomarnos unas fotos con tu perrito?! - pregunta Ryle, mientras abraza a Max. Río.
- Sí, claro. - saco mi cámara. - ¿Les parece si caminamos un poco? Necesito conocerlos un poco y saber que fotos tomarles. - miro a Jack y sonrío. - Tendrás que ayudarme.
- Por supuesto.
Luego de caminar un poco y ver los posibles lugares en los que podré tomarles las fotos, logré deducir que son una pareja... No muy común.
- Entonces no se quieren casar.
- Considero que es algo innecesario. Además, hay muchas parejas que se divorcian a los meses de casarse. - asiento comprendiendo. - Tal vez solo firme esos papeles, pero nada más.
- Ryle, ¿tú no quieres llegar al altar con tu vestido blanco? - le pregunto. Niega con la cabeza.
- Antes se decía que para casarse de blanco debes ser virgen... Y digamos que no lo soy. - se encoge de hombros. - Tal vez solo me coloque un vestido (no blanco y tampoco negro, es algo aburrido para mí estilo), firmo los dichosos papeles y luego nos iremos a dónde nos lleve el viento. - dice mientras mira a Daniel. Son tan lindos.
Un segundo... Yo no soy virgen... Entonces me casaré de celeste, pero uno muy clarito.
- Y les gustan las motos, los tatuajes, pero no los que son muy grandes y quieren tener un perro. - digo mirando a Ryle.
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¿De dónde me conoces, Camille? | (Saga Sueños)
RomanceSeis años. Seis años han pasado desde que Camille despertó del coma. Trató de olvidar al chico con el que soñó: Alex. Le fue imposible, cada cosa a su alrededor lo hacía recordarlo. Algunas cosas del sueño pasaron, pero no sucedieron de igual manera...