Capítulo 13

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Ada.

—Homer — grité mientras veía la gente a mi alrededor.

Me encontraba en una clase de fiesta dentro de mi casa.
Era extraño, mis padres nunca me dejarían hacer una aquí adentro.

Seguí buscando y no lo encontraba por ninguna parte. Decidí subir a mi habitación y abrí la puerta de golpe.
Ahí estaba él, junto a las dos chicas que eran las causantes de una quemadura bajo mis costillas.

—¿Qu-qué hacen aquí? — murmuré sorprendida de que ellos se conocieran.

—Ah, sólo recordábamos el baile de primavera, ¿Verdad? — una de ellas besó a Homer y él habló.

—¿Cómo olvidarlo? Aún puedo escuchar tus gritos — mencionó riendo mientras me señalaba.

—Es increíble que saliera viva, ¿O me equivoco? — los tres rieron y yo me quedé estática en mi lugar.

—¿Estuviste ahí? — pregunté con horror mientras lo miraba.

—Yo inicié el fuego, Ada — sonrió cínicamente y yo retrocedí tres pasos en mi lugar.

—Eso es... imposible — lo miré con angustia — ¡Tú no me conocías! Nunca harías algo como eso — separó a las chicas de su lado y caminó hasta estar al frente mío.

—¿Estás segura? — no dije nada y sonrió aún más —¿Estás asustada? — tragué duro y me mantuve callada.

—No eres tú, Homer, esto no es real — negué con la cabeza repetidamente y me alejé corriendo hacia abajo.

Las personas bailaban sin control alguno y rompían varias cosas.

—¡Fuego! — gritó alguien tal y como en el baile de hace años.

Intenté correr desesperada, pero no podía moverme. Mis pies estaban clavados en el piso mientras todos corrían sin control.

—¡Homer! Ayuda — le grité cuando lo ví bajar confundido. Me miró a los ojos y lo llamé con la mirada. Sin embargo, él sólo me vió y salió apresurado.

Las llamas se hicieron aún más grandes, el techo parecía caerse a pedazos. Una llama alcanzó mi piel y el dolor se hizo insoportable. Deseé que todo terminara, la historia se repite.

Abrí los ojos angustiada. No tenía una pesadilla así desde hace mucho tiempo.
Es cierto que la claustrofobia nunca se fue, pero gracias a Dios las pesadillas no duraron más de un mes.
Tomé mi teléfono y me fijé en la hora. 1 AM
¿Homer estará despierto? Mañana es sábado, probablemente esté en alguna fiesta. No habíamos hablado mucho desde la noche de la fiesta, pero tenía que intentarlo.

¿Estás ahí?

Esperé su respuesta que llegó pocos segundos después.

¿Qué pasa? ¿Estás bien?

Suspiré y me debatí sobre contarle de mi pesadilla. Probablemente se burlaría. Evité su pregunta.

¿Qué estás haciendo?

Prendí la lámpara de mi mesita de noche y esperé.

No podía dormir. ¿Quieres que te vaya a ver?

Sonreí porque parecía conocerme tan bien que no tenía que preguntar.

Te espero aquí.

Por un segundo pensé en levantarme para no verme tan fea como soy normalmente en las noches, pero era Homer, ¿Qué podía pensar de mi?
No seas tonta, te gusta y no te ves presentable.

A falta de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora