Capítulo 8

2.4K 147 22
                                    

Ada.

Después de la primera clase, salí con Mason a mi lado.

—Fue una clase interesante — dijo él con una sonrisa en su rostro.

—Eso lo dices porque no dejaste de lanzarme papelitos — los sesenta minutos más largos de mi vida.

—Admite que tenían mensajes divertidos — reí un poco.

—Claro, si por divertidos te refieres a insultar al profesor y quejarte porque escupe mientras habla, fueron muy graciosos.

—¡Me dan pena los de primera fila! — dijo haciendo gestos con sus manos — sólo imagina chorros de saliva cayendo por todos lados.

—Eso es asqueroso — se puso en frente mío y dejé de caminar.

—¿Ves por qué me quejaba? — asentí divertida.

—¿Y si nos descubrían? — se quedó callado pensando un poco y empecé a caminar de nuevo. Íbamos a gimnasia.

—Te hubiera delatado — abrí la boca con asombro y golpeé su hombro.

—¡Oye! — alzó las manos en defensa y dijo.

—Tienes que verlo desde mi punto de vista, si me descubrían, me hubieran expulsado, en cambio a ti, que nunca haces nada malo, tal vez te hubieran hecho limpiar baños por más tiempo o algo así — le dí la razón y llegué a mi casillero para tomar mi ropa de deportes.

—¿Para qué traes esa ropa si nunca haces nada en esa clase, Ada? — rodé los ojos y lo miré.

—Porque si me pongo agua en la cara, y me golpeo las mejillas, parecerá que si me esforcé — soltó una carcajada y puso una mano sobre mi hombro mientras indicaba el fondo del pasillo.

—En diez años tú serás el futuro de esta institución — miré a su dedo imaginando a Mason en unos cuantos años.

—Ni hablar, una vez que me gradúe no pienso volver — me miró indignado y puso las manos en sus caderas.

—¿No vendrás a verme? — fruncí el ceño confundida.

—Ya te habrás graduado — dije segura.

—Es probable que no pase el último año, así que te esperaré sentado con un bigote que por ahora no crece— se acarició la barbilla y fuimos juntos a la clase siguiente.

—Muy bien alumnos, hoy quiero que corran veinte vueltas de calentamiento — Dijo el entrenador. Estoy segura de que puse una cara de horror, ya que Mase rió cuando me vió.

—Vamos, Ada, corramos juntos, yo te guío — miré a las puertas buscando una posibilidad de esconderme, pero Mason me tomó del brazo y arrancó.

—Espera — le susurré — necesito escapar de aquí.

—No seas floja, te hará bien. Imagina que un zombie viene atrás tuyo, necesitas estar preparada.

—No creo en los zombies — le dije obvia.

—Eso significa que no vas a sobrevivir a un ataque — respiré fuerte y seguí corriendo.

—Creo que en cualquier minuto voy a romperme algo — le dije con cansancio.

—Es por eso que me tienes aquí, no te va a pasar nada — pero eso no fue posible ya que tropecé con mis propios pies y caí rodando llevándome a Mason conmigo.

Hice una mueca de dolor cuando la cabeza chocó con el piso. Abrí los ojos y Mason estaba muy cerca mío con una cara de espanto.

—Auch — susurré mientras soltaba un suspiro.

A falta de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora