Capítulo 7

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Homer.

Como antes había planeado, la llevé a mi lugar favorito para tomar helados. Abrí la puerta del local para ella y ambos elegimos una mesa. Llegaron a tomar nuestros pedidos.

—Buenas tardes, les damos la bienvenida a nuestro local, ¿Necesitan un menú o ya tienen su pedido? — Dijo la mesera a mala gana. Contuve mis palabras para decirle que sea más amable, que esto es importante para mí. Pero me callé al ver que a Ada le daba igual.

—Yo quisiera un helado de mora con mucha crema por favor — dijo ella toda feliz.

—Uno de chocolate y una botella de agua— la chica que atendía asintió y se fue arrastrando los pies. Floja.

—Era muy lindo el establo del padre de Mason — asentí feliz de que le gustara. No pasamos mucho tiempo en ese lugar, pero daba calma y felicidad, por eso la llevé ahí.

—Estuvo bien. Mase cree que me gustas o alguna de esas estupideces del amor — frunció el ceño y luego mostró una sonrisa algo tensa — ¿Dije algo malo?

—¿Qué? No, por supuesto que no. Es tonto que piense eso.

—De acuerdo...— nos quedamos en silencio pocos minutos hasta que nuestros helados llegaron. Hoy los ojos de Ada tenían un brillo especial.

—Homer — dijo mirándome.

—¿Si? — respondí mientras desviaba la mirada a otro lado. ¿Se puso algo, o sus ojos siempre fueron de ese color?

—¿Por qué me invitaste? — suspiré y dije la respuesta que ya había planeado.

—Porque ahora somos amigos, o eso creo — Mentiroso. Cuando estábamos en los caballos, estuve a punto de preguntarle por el accidente que mencionó su madre, pero cuando la ví nerviosa decidí callarme, pues no quería que saliera huyendo.
¿Por qué hago esto? ¿Es necesario saber lo que era de su vida? ¿La razón de su claustrofobia? ¿Hay siquiera una razón? No lo sabía, no sabía por qué rayos no podía parar. Era como un juego en donde el vicio era mayor al sentido común.

—Dime la verdad —sugirió.

—Te la estoy diciendo, Ada. Nunca antes alguien me había desafiado como tú. Eres... interesante — me miró con desconfianza y respondió.

—Ambos sabemos muy bien que no tengo nada de "interesante" — dijo haciendo comillas con sus dedos — ¿Qué es lo que quieres saber? — vaya, ella no era tonta.

—Quiero conocerte, saber qué es lo que se siente salir con alguien diferente — estuvo apunto de replicar, pero no la dejé — No eres alguien con quien normalmente hablaría — la noté un poco molesta y entendí que dije una estupidez — me refiero a que no somos del mismo círculo social — sus ojos ardían del enojo — Maldita sea, quería decir que nunca antes me había llevado con alguien tan...reservada, tímida. Pero no me malinterpretes, cuando en verdad te conocí me di cuenta de que hablas demasiado.

—¿En verdad me conoces, Homer?

—Sé que te gusta el helado, las hamburguesas, que amas leer romances — me incliné hacia ella y seguí — Y que le temes a algo, y no me refiero a los espacios cerrados. Me ocultas algo, Ada Nichols.

—Entonces, ¿Estás tratando de sacarme información? — también se inclinó hacia mí. Estábamos muy cerca.

—Si quisiera eso, ya lo habría intentado. Que no se te olvide, Ada, que mi mejor amigo pudiera darme la información que necesite con tan sólo pedirlo. No necesito nada de tí — me miró durante un buen rato y finalmente se alejó.

—De acuerdo, te creo. ¿En verdad Mason te daría la información? — preguntó alzando una ceja. Me pareció un poco raro que no preguntara acerca de cómo Mase tenía información sobre ella, pero supongo que no era un secreto todas sus habilidades como investigador casi profesional.

A falta de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora