CAPÍTULO 61

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-Entiendo que esto se vea mal pero son ordenes que cumplo, haga el favor de quitarse de en medio, señor. -dijo Nanoha fríamente.

-Pues no lo entiendo! -grito un anciano de 80 años. -En este lugar no tenemos nada de esas cosas!

-No me haga utilizar la fuerza, señor. -no se inmuto la cobriza. -Quítese de en medio o tendremos problemas serios.

Stuart Freeman era el hombre más viejo de la aldea desde la rebelión de hacia 10 años que acabo con la mitad de la población muerta, las fuerzas de Regius habían seguido la orden de "matar al que no se rindiera". Con ello murieron varias personas, los ancianos perecieron en las casas que se quemaban como hojas de papel. Él sobrevivió a duras penas.

-¿Que harán ahora? -dijo con desprecio. -¿Matarnos y quemar todo? Sos unos animales, Larry quítate de allí y diles que los dejen hacer su trabajo. Mientras más rápido se vayan mejor para todos. -gruño.

-Agradezco su cooperación. -la voz era neutral y desprovista de interés.

Signum con la indicación de Nanoha procedió a entrar en la cueva sagrada del pueblo. Subaru, se quedo al lado de la cobriza mirando con nerviosismo a los habitantes, estos parecían lobos a punto de lanzarseles al cuello para rompérselos. Nanoha camino hacia el lado opuesto, allí había un enorme altar. 

El altar o más bien una construcción rectangular de piedra se alzaba frente a ellas. Este tenia la altura de 25 metros por 15 de ancho. A sus pies se encontraban un circulo y en cada punto cardinal se encontraba una ranura y en el centro de este había otra.

Nanoha la observo con detalle y tras verificar que Subaru no le veía se adentro más en la construcción. Atravesó aquello y se fijo que habían matorrales y espinos. Los miro concentrada pero los gritos de Subaru la desconcentraron, se alejo con la duda sobre si allí habría una daga o no.

***

Vivio se encontraba sentada en una silla, tenia una aguja en su brazo y vio como la sangre salia de su vena humeral para pasar a un pequeño frasco de muestras. Claus la miro y sonrió, retiro aquello de su brazo y puso un algodoncillo en donde realizo la punción. 

-No lo retires en unos 10-15 minutos, ¿de acuerdo? -le dijo serio.

-Sí. -respondió alegre.

El peliverde paso la muestra a una maquina, era rara y diferente a la que se usaba en el campo de la medicina. Hubo zumbidos y traqueteo en cuando paso el frasco con su sangre, Claus corrió su silla a la derecha y comenzó a teclear en el ordenador concentrado al máximo en los estudios y una imagen tridimensional de un dispositivo apareció frente a él y comenzó a mover las piezas.

Vivio miro a su alrededor y se topo  con piezas de rebotica colgados, cables en grandes cajones de plástico, chips y demás en mesas. Era el cuarto de un completo ingeniero en rebotica, pero recordó que el señor Stratos era un mecánico y artesano de maquinas. Era asombroso ver sus proyectos y se pregunto si algún día se integraría a la RF6 para ayudar al departamento de armamento o reparación de dispositivos inteligentes. No tenia documentos ni estudios comprobables, su pueblo natal fue arrasado y sobrevivieron pocos, y solo personas. 

-¿Vivio-chan... podrías venir un poco? -le llamo Claus mirándola.

-Sí.

Camino y se paro frente a él, la miro de tanto en tanto. Se puso a pensar y garabateo en su libreta pero pareció decepcionado y lo borro. Tomo un pequeño aparato de su mesa y se lo dio, ella lo tomo y lo apretó en su puño como le pidió.

[NANOFATE ] La Mentira Qué Nos SeparoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora