CAPÍTULO 55

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Nanoha entro en la biblioteca infinita, estaba vacía y solo se escuchaban unos pasos provenientes del área de empleados. Ella camino hacia allí, se preparo por si encontrara alguna dificultad.

El pasillo olía a humedad, polvo y cigarrillos rancios, no era secreto que los de mantenimiento y veladores fumaban para animarse a estar en un lugar silencioso y oscuro. La luz proveniente del final de pasillo le indico que estaba presente y ocupado el peliverde. Cuando llego a la puerta lo miro cargando varias cajas para dejarlas en un rincón sin trabajo y miro a Nanoha.

-Buenas noches... Takamachi-san. -dijo receloso. -¿A que debo su visita?

-Creo que sabemos los dos el motivo de mi visita. -dijo entrando y cerrando la puerta.

-No tomo mucho tiempo como pensé. -dijo recargándose en las cajas y se cruzo de brazos. -Ese libro... tú sabias lo que decía y me lo diste, ¿que quieres de mi? -cuestiono ella.

-Hace más de un año... mi pueblo fue devastado por agentes del Bureu. Quemaron todo, mataron animales, niños y mujeres, todo lo que allí había. -dijo con ojos centelleantes de ira contenida. 

Nanoha jalo una silla y se sentó, mirándolo de frente y dejo a su dispositivo en la mesa, a un metro de ella.

-Mataron a mi esposa e hijo menor. Buscaban una daga... decían que era propiedad de ellos y la exigían, pero lastimosamente mi pueblo se deshizo de aquellas cosas hacia tantos años que ni los bisabuelos lo recordaban. Les explicamos ese hecho pero ellos se negaron, ¿sabe lo que dijeron? "No os creemos malditos cerdos, entréguenos la daga!"

Claus soltó una risa ahogada y despectiva, jamás le había visto ni creído que él podría hacerla de esa manera.

-No pudimos entregar lo que no teníamos... ellos quemaron todo, mataron a todos pero solo sobrevivimos Einhart y yo... bueno hay más gente pero ellos ya estaban fuera cuando paso. -le aparto la mirada. -Tengo mi alma tan sucia y llena de dolor y rabia, tanta que cada día me cuesta trabajo no ir con ellos y matarlos. -apretó los dientes.

Nanoha entendió el sentimiento de ese hombre, pero no había ido allí para escuchar su historia, no esa versión todavía.

-En mis sueños apareces tú. -le confeso Nanoha sintiendo arder sus orejas.

-Lo sé. Tú también apareces en los míos, al igual que...

Guardo silencio y cerro los ojos, su afligido ser estaba desmoronándose poco a poco.

-Tú eres un encapuchado, ¿verdad? -listo, al fin Nanoha dijo su sospecha en voz alta.

Claus la miro de nuevo y sonrió con pena.

-Yo rogué a Alfa-uno no hacerle daño a las guardianas de Hayate pero no me escucho y lo hizo... lo convencí de regresarlas a la normalidad pero el esta enloqueciendo, no es el que yo conozco... el sobrevivió a aquel día y-

-Ayúdame. -lo interrumpió. -Ese hombre, el que traerá muerte ya esta en movimiento... lo sé.

Claus la miro sorprendido y una sensación de felicidad le inundo y se contuvo de abrazarla.

-Sabes que al ayudarme tu vida estará en peligro... incluso la de Vivio.

-Lo sé, pero en esta ocasión no puedo darme el lujo de llorar y ser egoísta. -dijo sonriendo. -Esta vez debemos jugar las cartas que tengamos a la mano, cuanto con tu ayuda para que Vivio al despertar pueda usar magia.

-Por supuesto.

Nanoha soltó una risa aliviada.

-Pues, cuéntame tu plan.

[NANOFATE ] La Mentira Qué Nos SeparoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora