[NANOFATE ] La Mentira Qué Nos Separo

CAPÍTULO 36

La oficina provisional del nuevo edificio cedido a la Rf6 de Nanoha era espaciosa y solía estar con gente cuando estaba la cobriza pero ese día era la excepción. Una alerta del departamento de policía de Mid-Childa se había puesto en contacto con la RF6.

Los investigadores y demás personal se puso en marcha de inmediato apenas Hayate colgó el teléfono. El cuerpo sin vida de la hermana Marina Radcliffe que fue encontrado en la tarde de ese mismo día en la biblioteca de la rectora del pequeño convento de la iglesia de "nuestro señor de la cruz", dejo un claro miedo por parte de la policía. La escena del crimen había sido aislada, Nanoha decidió ir en persona a la escena acompañada de Yuuno y la castaña. Estuvieron cosa de diez minutos cuando la cobriza mando a Hayate para que recibiera el informe de la autopsia junto a Signum.

Los encargados eran un viejo pero amable patologo de 65 años, bajito rechoncho con lentes y un bigote gracioso que le recordaba a Hayate a una brocha después de acabarse la pintura blanca de las cerdas. Su ayudante era alto, delgado, de cabellos ralos color paja, ojos cafés oscuro y por cierto desde que las vio entrar no le quito el ojo de encima a la castaña y en más de una ocasión se tropezó al buscar las cosas para comenzar la autopsia, Signum estaba molesta con él que le lanzo una mirada de advertencia que logro que aquel muchacho se asustara, Hayate soltó una risita infantil logrando sonrojo del ayudante y un gruñido de su guardiana.

-Comenzaremos, comandante Yagami segura que quiere verlo todo? No seria mejor esperar afuera?

-Estoy bien así. -respondió cambiando su expresión.

Ambos asintieron y comenzaron a hacer el chequeo.

-Hay hematomas en las muñecas, cuello y tobillos. -dijo el patologo a su ayudante. -Hora de muerte?

-Por la rigidez de los músculos de la cara calculo que a las 12 de la tarde. -contesto su ayudante mirando con detenimiento tanto al reloj de la estancia como a la victima.

Hayate miraba el cuerpo de la hermana Marina con expresión neutral. La conoció hacia seis años por medio de Fate, ese día cayó una terrible tormenta que les obligo a refugiarse en la iglesia. La hermana Marina en cuanto las vio se sorprendió y las atendió de inmediato con gran amabilidad, aun recordaba el sabor de aquel té de color verde helecho que primero le saco desconfianza pero al probarlo sabia a frescura de un cálido manantial.

-No hay heridas defensivas, el asesino debió atacarla mientras no lo veía. -prosiguió el forense acomodándose sus gafas de media luna.

Hayate frunció el ceño. Según había dicho ese policía que había marcado se encontraron restos de una silla destrozada en el suelo, era obvio que se había defendido en algún momento pero sin éxito. Pero en la escena ya no estaban pero tampoco los que le dieron un informe a Nanoha lo comentaron.

-No se encontró ninguna otra evidencia, daremos por terminada la observación. Ahora daremos inicio a la disección.

Carlo que era el nombre del patologo miro a Hayate que dio un asentimiento con la cabeza dando su autorización. Con la autorización dada prosiguió a abrir el pecho de la hermana Marina en forma de Y, desde los hombros hasta el hueso púbico, pasado por el esternón. Una vez hecho cambio de utensilio y tomo un costótomo, dividió la caja torácica para comenzar a observar y analizar los órganos internos.

Hayate cerro los ojos de inmediato y un suspiro turbio salio de ella. Aun cuando la hermana Marina se encontrara muerta no podía dejar de pensar que ella estaba viva mientras le estaban abriendo para analizarla. Las nauseas le estaban abordando y tuvo que respirar para calmarse, abrió de nuevo los ojos y encontró a Carlo retirando la piel apenas para verificar si el asesino era la esfinge de la muerte o no. Hayate cerro los ojos de nuevo. El olor que desprendía no era agradable pero no había accedido a ponerse el vaporub debajo de la nariz, así que simplemente evito mirar hacia ese lado para contemplar mejor el reloj de manecillas.