CAPÍTULO 42

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Los pasos de Nanoha resonaron en la estancia del hospital. Una cabellera verde agua estaba recostada en una silla fuera de la habitación de Vivio mientras leía El fantasma de la opera. La literatura de la tierra se había vuelto la sensación de  Mild-childa, a donde fueras los libros de los autores terrestres rompían records de venta, nadie se salvaba de tener unos dos libros minimo para satisfacer su curiosidad sobre aquel planeta tan peculiar, una sonrisa salio de su rostro. Se acerco a Claus Stratos con sigilo.

-¿Vas en la parte donde la Carlotta ha lanzado un graznido? -pregunto sonriendo.

-No. Pero gracias por el spoiler, es agradecible hasta cierto punto. -respondió él cerrando el libro y le sonrió. -Es algo tarde, creí que se quedaría trabajando. ¿No entrara a ver a Vivio?

-Yo... si, pero quería prepararme un poco. -respondió tímida.

Claus asintió comprensivo, miro a Nanoha y sabia que algo pasaba de más. Sus ojos violetas parecían turbados e inquietos como un par de niños esperando no ser descubiertos. Inhalo para poder oler el perfume de la cobriza, era una practica reciente en él, sabia que era extraño pero el perfume de Nanoha le traía melancolía que no se sabia explicar, bueno, no del todo.

-Señorita Takamachi, ¿fue a alguna fogata? -cuestiono acercándose a ella.

-No. -se alejo nerviosa. -¿Por que?

-Huele usted a humo. -frunció el ceño. -Ah, ya entiendo el porque de las sirenas de hace rato. ¿qué ha pasado? ¿Esta usted bien?

Titubeo la cobriza, estaba consciente de que él se preocupaba como cualquiera que se enterase de que hubo fuego cercas de alguien que conoce pero eso le molesto un poco.

-Sí. -respondió simplemente sin verlo.

-No le conozco, pero por su tono de voz y lenguaje corporal deduzco un estrés y temor. Si tiene usted algo que le moleste y desee sacarlo puede contar conmigo, Nanoha. 

Ella se irguió con orgullo herido. Ese hombre no tenia nada que ver con ella, ni con su hija pero allí estaba, sentado con ojos preocupados mirándola con atención. Se giro y sin responder entro a la habitación de su hija cerrando con fuerza mientras Claus con expresión sorprendida le siguió con la mirada.

-Al parecer le desagrado más de lo que creía. -dijo con deje de ironía y volvió a leer su libro.

Nanoha se sentó al lado de su hija y le tomo de la mano con suavidad. No pronuncio palabra alguna, simplemente se limito a verla y cerro los ojos para apoyar su rostro en la camilla. El sueño comenzaba a abordarla cuando recordó el pedazo que alcanzo a leer del libro de Claus:

«Si canta esta noche, tenga cuidado de que no le ocurra una gran desgracia en el momento mismo en que empiece a cantar... una desgracia peor que la muerte». 

Y esas palabras quedaron suspendidas en las neblinas de su sueño ligero sin que alguna mala espina le abordara. Buena suerte, esa advertencia no era para ella de todas formas, la pobre alma a la que aquella cita mencionaba esta sufriendo en ese instante aquel presagio.

Jamás pudo saber la cobriza de que Vivio estaba al tanto de su presencia, sabia que su madre estaba a su lado, dormida. Pero no se preocupo de ello, solamente dejo mecerse de nuevo en el sueño profundo en el que estaba y dejo de pensar en las cosas del exterior, se concentro en el sueño hermoso que tenia.

Nanoha una vez leyó que rara vez la gente tenia sueños iguales a las personas con las que dormía, una especie de vinculo psíquico, pero jamás se pregunto si eso estaba experimentando en ese momento.

[NANOFATE ] La Mentira Qué Nos SeparoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora