CAPÍTULO 33

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Alfa-dos se levanto tocándose la cara, un fuerte dolor de cabeza le nublaba la vista. Un liquido caliente resbalaba desde su sien derecha hasta gotear en el piso de un carmesí intenso que escurría de su mandíbula.

-¿Quien eres?! -grito de nuevo Marina asustada.

Su respiración era dificultosa,  se tambaleaba cuando se quería acercar a la hermana. Sus piernas cedieron y cayo de rodillas. El hormigueo que sentía en su cerebro le daba sueño pero no podía permitirse el lujo de quedar inconsciente para ser atrapado. 

-Belka... belka... -susurro con las pocas instancias de lucidez  que le quedaba de consciencia.

Marina temblaba, la persona frente a ella debía estar muerta desde hacia siete años cuando ella había tomado aquel cuchillo y tras clavárselo en el corazón al guardia de la puerta huyo para siempre de su pueblo prometiendo jamás volver allí.

Un resplandor cegador ilumino la habitación, Marina fue atada y cayo al suelo. Alfa-dos se encontraba en un circulo de curación, Belka estaba sobre él acelerando el proceso que duro un poco menos de medio minuto y la luz desapareció. Alfa-dos se levanto de nuevo.

-Parece ser que estas destinada a tratar de matarme cada vez que nos vemos, no es así? -dijo con aspereza Alfa-dos.

-Lo haré las veces necesarias para evitar que hagas estupideces. -replico furiosa forcejeando.

-Aun recuerdo la sensación de ese frió puñal en mi pecho. -se agacho. -Dime, Nadja, donde esta?

-Lejos y fuera de tu alcance! -gruño. -Jamás obtendrás esa daga, jamas! -grito encolerizada.

Alfa-dos rió divertido.

-Estas equivocada. No quiero eso. Busco lo que Fate encontró... el núcleo.

Nadja se sobresalto. La confesión tan rápida le convenció de la verdad.

-Así que tú no buscas romper las leyes de la naturaleza de nuevo. -susurro.

-No, alguien maldito como yo sabe perfectamente que no se puede hacer esas cosas. No quiero encadenarla a esto en lo que estoy yo. -se acerco a ella. -Dime donde esta Nadja, por favor.

-No se donde lo escondió Fate-san. -respondió en un susurro. -Cuando vino a mi para darle respuestas del núcleo me sorprendió que confiara en mi, yo le dije todo y aun así jamás delato mi verdadera procedencia y así pude tener una vida tranquila. Antes de su accidente ella volvió y solo me dejo la daga.

Alfa-dos frunció el ceño sorprendido pero un aplauso en el fondo los alerto de un intruso nuevo.

"Así que aquí estaba una daga. En una iglesia como esta, digno realmente de Fate Testarossa esconderlo aquí, el simbolismo de esa pintura con la realidad era realmente exquisita!"

Alfa-uno caminaba con elegancia propia de un noble, su mano contenía un florete sediento de trabajo pero lo guardo con majestuoso movimiento.

"Buen trabajo, Alfa-dos." lo palmeo en el hombro. "Creí que te tomaría más tiempo encontrarla pero mira, me has dejado satisfecho!"

-Qué haces aquí? -dijo molesto. -Quedamos que si la encontraba te la llevaría pero no interferirías!

Alfa-uno negó con la cabeza y lo golpeo en el estomago haciendo que perdiera aire y cayera de rodillas.

"Los mocosos deben respetar a los mayores." le tomo del cabello y le alzo la cara "Me he estado preguntando si de verdad trabajas para lograr nuestro cometido o solo lo haces para ti"

-Esta sensación... Acaso tú eres-

"Por favor, guarde silencio, si habla de más la vida de él correrá riesgo."  la miro y sonrió 

[NANOFATE ] La Mentira Qué Nos SeparoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora