CAPÍTULO 56

308 23 0
                                    

Nanoha miro los escombros, todo estaba calcinado y unas cuantas piedras se mantenían a duras penas. Le recordó al escenario hacia unos años atrás cuando recién ingresaba a la armada de reconocimiento. Ese ambiente lo encontró en el planeta Jaravch, todo quemado y en ruinas con cuerpos calcinados si es que aun quedaban restos.

La posición de unos cuerpos eran lastimosos, gente cubriéndose la cara para que las llamas no le quemaran, otros simplemente seguían recargados en un muro para esconderse de las llamas. La carne cocinada le traía un olor a carne de cerdo hervida, pero a la vez era como el de una quemazón de hojas secas de arboles de roble.

-Es un milagro que siga con vida, con esas quemaduras cualquiera hubiera muerto al instante. Estos bastardos son unos demonios sin duda. -le dijo un inspector de bajo rango que le conducía al sobreviviente.

No respondió al comentario desagradable y continuo mirando a su alrededor y las palabras de su sueño volvieron a su mente:

"La guerra esta asegurada, solo tienes la opción de disminuir las muertes."

Esa voz distorsionada resonaba en su mente como un eco maldito. Una guerra iba a desatarse por poder, pero en esos tiempos donde el poder estaba ya dado a los tres almirantes generales que gobernaban con eficiencia. ¿Sera acaso que el asesino planeaba matarlos para hacerse con ese poder? Imposible, ellos tenían escoltas a todas horas y por si fuera poco ellos tenían un poder y habilidades que para su edad eran realmente sorprendentes.

-Sin anestesia el dolor le suele desmayar, trate de hablarle rápidamente. -dijo abriendo la pequeña lona donde atendían al sobreviviente.

Nanoha asintió y paso. Dos médicos junto a una enfermera vendaban y curaban al pobre hombre, si es que todavía pudiera llamarse cuerpo humano a lo que el tenia. Lo que le quedaba de carne estaba roja y sangraba terriblemente, el resto eran costras quemadas de tejido epitelial. Daba asco y lastima verlo.

-Sólo podemos darle cinco minutos para disminuir la anestesia antes de que el dolor le deje inconsciente, ¿de acuerdo? -dijo la enfermera en tono serio.

-Por supuesto.

La enfermera se dirigió al catéter de la mano izquierda del quemado y detuvo el avance del Vecuronio, mientras un doctor hacia lo mismo con los anestésicos del otro lado.

La respiración de la victima se volvió ruidosa y pesada, los gemidos de dolor eran imposibles de soportar ya que la garganta de él estaba quemada y solo chirridos podía emitir. Parecían a los de un pizarra siendo rasguñada con un objeto de metal.

-Soy la comandante de la RF6, Takamachi Nanoha. Vengo a hablar con usted sobre lo que vio. -dijo sacando la grabadora.

En esos casos, con una conexión neuronal, podía fácilmente el individuo lisiado hablar para dar el mensaje. Una practica algo dolorosa pero viable en ese caso.

-De...je... so...l...

Con una negación rotunda los que cuidaban al paciente se sentaron cerca de él. Nanoha entendió el porque de su terquedad, si él se pusiera mal moriría rápidamente.

-No les importara que ponga un hechizo? De esa manera no oirán esto que es confidencial pero estarán viendo al paciente. -dijo la cobriza amablemente.

Asintieron y con un movimiento y una rápida recitación quedo hecho. Miro al pobre hombre y se sentó a su lado. La enfermera disminuyo un poco más los analgésicos para que pudiera decir algo coherente.

-¿cual es su nombre?  -pregunto Nanoha amablemente.

-Mi... migs...

-Bien, Migs-san. Dígame que vio.

[NANOFATE ] La Mentira Qué Nos SeparoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora