100. Stephen Strange

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Título: Conferencia de prensa privada

Stephen Strange 

Advertencia: Contenido sexual explícito.

Comentario: [Maratón fondue x 500k. 10/10] 

Canción recomendada: Nothing Without you— The Weeknd (50 shades of Grey Soundtrack)   

♦♦♦


El egocéntrico doctor Stephen Strange estaba en lo más alto de su carrera como neurocirujano.

Aquella semana él daría varias conferencias para médicos en el oeste de Estados Unidos, saldría de su zona de confort, del frío Nueva York para ir a la calidez de California.

La prensa estaba muy al pendiente de lo que hacía, hace poco había logrado salvar a un hombre de la alta sociedad y todos los periódicos hablaban sobre el misterioso doctor Strange.

Por lo que él daría una conferencia de prensa luego de la convención, ahí es donde entrabas tú. Eras periodista en un diario bastante importante en California y tenías que conseguir poder hacerle una entrevista a Stephen Strange.

Habías pasado la última semana leyendo cada artículo en internet, diarios o televisión que hablara de él. Sabías todo sobre su vida, que le gustaba y que parecía no gustarle.

Tenías que tomar ventaja del hecho que le gustaban las fiestas y las mujeres, y tratar de no parecer una paparazzi, él los aborrecía.

Quizá podría haber una fiesta esa noche en el hotel, sólo tenías que poder entrar allí y así conseguir lo que necesitabas. Nadie podía interponerse en tu camino.

[...]

La rueda de prensa había terminado y ninguno de los periodistas había conseguido casi nada sobre él.

Entendías que esta misión sería más complicada de lo que parecía, el tipo era un egocéntrico demasiado narcisista que hablaba de lo genial que él era y nada más que eso.

Te enfermaba de sólo escucharlo, pero tenías que admitir que era un hombre muy guapo. Era algo muy decepcionante ver gente hermosa sólo por fuera, porque por dentro estaban más podridos que la manzana de Blanca Nieves.

Ya estaban todos saliendo, habías quedado para salir al final, sabías que él en algún momento debería pasar por el lobby para irse a su habitación, por lo que fingiste que hablabas por teléfono estando ahí.

Por el rabillo del ojo lo viste y decidiste cruzarte en tu camino, aún fingiendo estar al teléfono, para chocar con él.

—¡Ay! Discúlpeme doctor —le diste tu mejor sonrisa y guardaste tu teléfono—. Soy bastante torpe.

—Descuide señorita... —él levantó una ceja para saber si en verdad te conocía o sólo eras tu quien lo conocía a él.

Te presentaste y él estrechó tu mano.

—Soy bastante admiradora de su trabajo, doctor, es simplemente fascinante todo lo que ha logrado en tan poco tiempo —lo adulaste.

Ese era el primer paso para tener la atención de una persona egocéntrica.

Stephen pareció bastante sorprendido pero satisfecho por eso, echó una mirada a todo tu cuerpo, eras una mujer realmente hermosa.

—Muchas gracias, hago lo que puedo —sonrió.

Tenías que admitir que tenía una sonrisa muy bonita.

—Me encantaría poder hablar más de su trabajo doctor —dijiste mordiéndote el labio.

—Llámame Stephen —sonrió—. Creo que podemos hablar un poco, ¿te parece una cena? —preguntó y asentiste.

Él te extendió su tarjeta de presentación con su número y acordaron verse en el restaurante del hotel en la noche.

Te marchaste sumamente contenta porque tus planes iban según lo planeado.

[...]

La cena había sido una maravilla, habían comenzado a hablar de su trabajo, para tu suerte todo iba fluyendo mejor aquí que en la rueda de prensa. Pudiste conocer muchas cosas sobre él y sobre su carrera que no se decía mucho.

Hasta que todo se volvió mucho más íntimo, comenzaron a hablar de sus vidas personales, de lo que les gustaba y de como ninguno tenía alguna pareja.

Todo fue tan bien que terminaron besándose en el ascensor mientras subían a la habitación de él. No duró mucho el viaje y una vez que entraron se pusieron nuevamente en marcha.

Las manos de Stephen recorrían tu espalda baja, a medida que ibas quitando tu vestido hasta dejarlo como si nada en el suelo.

Él se quitó el saco de su traje junto con algunos botones de su camisa, lo ayudaste al mismo tiempo que volvías a besarlo.

Al poco tiempo su camisa y pantalones de vestir fueron a acompañar a tu vestido y ustedes fueron caminando lentamente a la cama.

Demasiadas caricias, sus dedos se sentían fríos al contraste de tu piel caliente y eso lo volvía aún más erótico.

Cuando tus piernas sintieron la cama, él te colocó con suavidad allí mientras quedaba sobre ti, sin aplastarte.

Siguieron besándose hasta que no pudo ser suficiente y las manos de ambos se daban placer mutuamente. Gemidos era todo lo que ustedes soltaban entre besos.

Strange se tomó un momento para separarse e ir a buscar un condón, se lo colocó y tras volver te agarró de la cintura con fuerza, empujó sus caderas con mucho ímpetu.

Gruñó en voz baja y no espero para mover sus caderas, lo hizo con demasiado ánimo. Te agarraste de su cuello a medida que lo sentías entrar y salir de ti, dándote oleadas de placer.

Él hizo que enrollaras tus piernas en su cadera, para poder ir aún más profundo. Ambos disfrutaban de ese momento, de como las embestidas se hacían más rápidas y descuidadas.

Los minutos pasaban, besabas su cuello, el jadeaba en voz baja. Se dedico a seguir moviéndose y bajar una de sus manos a tu centro y acariciar con su dedo tu clítoris, queriendo que llegaras.

Ibas soltando gemidos cada vez más altos al notar que faltaba poco, podías sentir como él también hacía un esfuerzo por aguantar un poco más.

Con una última embestida llegaste al orgasmo dando un pequeño grito, Stephen alcanzó el clímax corriéndose en el condón.

Ambos quedaron cansados y satisfechos, habían tenido lo que querían y más aún.  





un minuto de silencio por el maratón finalizado:)

ganó maratón AU psicópatas 

comenten de quien quiere, tengo algunas ideas ya, pero quiero saber 7u7 

YA LLEGAMOS AL OS NÚMERO 100 SZDKGNKJVBJKXFZ -MUERE-

ONE SHOTS ❆ MARVELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora