ONE SHOTS ❆ MARVEL

32. Tony Stark

Título: De Stark 

Tony Stark 

♦♦♦

Tony, tu chico, estaba mucho más raro que lo usual, no sabías que esperar cuando se trataba de él.

Te encontrabas leyendo tu libro favorito en la sala hasta que una voz te interrumpe.

—Señorita de Stark el señor Stark requiere su presencia en el laboratorio —la voz de F.R.I.D.A.Y. se escuchó.

—No soy "de Stark" —rodaste los ojos—. ¿Podrías llamarme de forma diferente?

—Él especifico que fuera de esa manera, señorita. Lo lamento.

—Entiendo —bufaste.

Tony ni siquiera tenía el descaro de regalarte un anillo o al menos proponerte ser "de Stark" cuando ya te había etiquetado de esa manera.

Caminaste lento hasta el laboratorio, no tenías apuro alguno. Tony de seguro solo te dirá que llames por pizza o alguna tontería de esas.

Abriste la puerta cuando llegaste y miraste hacía todos lados buscando al dueño de tu corazón.

—¿Tony? —llamaste esperando que él apareciera de repente por algún lado tomándote desprevenida.

Él jamás perdía una oportunidad para asustarte.

Frunciste el ceño cuando no lo encontraste por ningún lado.

—El señor dice que suba señorita —FRIDAY habló nuevamente.

—Acabo de, ugh, me las pagará —dijiste a la nada o tal vez a FRIDAY no lo sabías.

Era raro pensar en voz alta cuando tienes a una maquina escuchándote las 24 horas del día.

Saliste del laboratorio y subiste las enormes escaleras que daban hacía la sala. La casa de Tony en California siempre será tu favorita, aunque te canses de subir y bajas las escaleras cada vez que al genio se le ocurre querer jugar a la escondida contigo.

Llegaste hasta la sala y de espaldas a ti pudiste ver a Tony. Ibas a llamarlo, pero enseguida que notó tu presencia se volteó mirándote con una sonrisa.

—Amor de mi vida, sabes que amo hablar y hablar, pero sólo quiero besarte y hacer cosas chanchas por lo que seré breve y te pediré que aceptes cambiar tu apellido por el mío —dijo rápidamente y casi sin respirar—. Eso y este anillo para poder decir que estás casada con el hombre más hermoso e inteligente del mundo —no podía faltar la frase egocéntrica.

—¿Indirectamente esto es una propuesta de matrimonio?

Te sorprendiste ante eso, tú que ya estabas pensando lo peor de él.

—Claro —dijo obvio sacando una cajita de terciopelo de su bolsillo—. ¿Me harías el hombre más feliz del mundo al decir que aceptas ser mía, casándote conmigo? —se arrodilló frente a ti.

—Ya soy tuya, Tony. Pero si acepto —chillaste de la emoción.

Enseguida lo abracaste haciendo que ambos caigan al piso. Entre risas decidiste por fin besar a tu futuro esposo.

Acariciaste su rostro una vez que ambos se separaron y ahora Tony tomó tu mano deslizando un hermoso anillo de compromiso en tu dedo.

—Bueno futura señora Stark, ¿vamos a celebrar al cuarto este compromiso? —dijo con una sonrisa pervertida en su rostro.

Asentiste entre risas mientras Tony te cargaba hacía la habitación.