92. Clint Barton

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Título: Amo de casa

Clint Barton

Advertencia: Sip 7u7 contenido hot jeje 

Comentario: Ocurre durante Infinity War, pero no tiene spoiler de nada 

♦♦♦

Clint se había retirado del mundo del espionaje, del mundo de los Vengadores.

Él tenía una familia a la cual cuidar y era necesario que pasara su tiempo con ellos.

No recordaba cuando eran los cumpleaños de sus hijos o siquiera si había estado presente en tales celebraciones.

Eso hizo que Barton hablara con Fury de su retiro temporal, sabía que tarde o temprano volvería a S.H.I.E.L.D. después de todo era su hogar y allí estaba su segunda familia.

Ahora que él estaba todo el día en casa, tu, eras la encargada de salir a trabajar, por lo que al arquero no le quedó de otra que volverse un amo de casa.

Él se levantaba contigo cada mañana y desayunaban juntos. Luego de eso, él salía a cortar madera o a correr y cuando volvía despertaba a sus hijos y les cocinaba el desayuno.

Resulta que Clint descubrió su habilidad con la madera, era un aficionado carpintero que se dedicaba en el día a hacer distintas "piezas de arte", como él las denominaba. Para ti era madera unida con unos clavos que él quería ver como algo bonito y artístico.

Con el paso de los meses había mejorado bastan te, era básicamente lo que hacía todo el día hasta que llegaran los niños y luego tú.

Ese día él se había lastimado el pie, por lo que estaba reposándolo en el sofá.

Justo habías llegado muy temprano a casa, ni los niños habían llegado.

—¡Hola, cielo! —entraste y dejaste tus cosas a un lado.

—Cariño —frunció el ceño—, no te esperaba tan temprano —saludó aún sentado en el sofá—. ¡Ay no! ¡No he hecho la comida aún! ¿Qué me sucede? —se reprimió él mismo.

Se veía bastante preocupado por el simple hecho de no haber hecho la comida.

Tu reíste ante su ocurrencia.

Te acercaste a él t se sentase en el posa-brazo del sofá.

Agarraste sus mejillas y le plantaste un beso.

—Clinton, tranquilo, respira amor —reíste otra vez—. No me voy a morir porque no hayas hecho la comida. Además, estás lastimado. Por cierto, ¿qué te ha ocurrido? —preguntaste.

Él sonrió un poco más aliviado.

Se tomaba el papel de amo de casa muy en serio.

—Está bien amor, es que estaba lavando los platos y se me resbaló una taza y cayó en mi pie —hizo una mueca.

—Ow, pobrecito mi amo de casa —hiciste puchero y le volviste a besar.

Él frunció el ceño.

—No me llames así, es feo —rodó los ojos.

Pero no podías evitarlo, él hacía casi todas las tareas del hogar ahora que tu trabajabas todo el día y él estaba en casa.

Además, a sus hijos les gustaba llamarlo así.

—Pero ¡mírate! Hasta aún traes puesto el delantal rosa —señalaste su atuendo.

Clint volvió a rodar los ojos.

ONE SHOTS ❆ MARVELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora