61. T'Challa

6.5K 530 86
                                    

Título: Reina de mi corazón.

T'Challa

♦♦♦

Caminabas de la mano de T'Challa sonriendo a las personas que veías y saludándoles con la mano.

—¿Fue esto una buena idea? —murmuraste al ver todos los flashes de las cámaras rodearlos.

Él soltó tu mano para pasarla por ti cintura y atraerte más a él. Te dejo un suave beso en la mejilla y siguieron su camino.

Recién habían llegado a Wakanda. Era tu primera vez ahí.

Habías conocido a T'Challa tres años atrás en Estados Unidos, lugar donde vivías. Un mes después de eso ya te había pedido salir, cosa que te hizo súper feliz.

Así lo hicieron durante bastante tiempo.

Él, al no ser rey, podía pasar bastante tiempo fuera contigo, pero al morir su padre tenía que estar si o si en su país. Por eso decidió que con un año y medio de relación ya era tiempo que te fueras a vivir con él a Wakanda.

Por fin llegaron a su hogar. Jamás habías visto un lugar tan hermoso y majestuoso.

—Esto es increíble amor —le sonríe—. ¿Enserio viviremos aquí?

—Aquí he vivido toda mi vida —rio un poco.

Para ti era todo muy extraño, pero olvidabas que para él era lo más normal del mundo.

Reíste ti también y volviste a mirar el palacio que se extendía frente a ti.

—Podemos ir a otro lugar si así lo deseas, haría cualquier cosa por ti, mi reina —susurró en tu oído.

Te estremeciste por eso y le miraste. Él sabía que amabas cuando lo llamabas así.

—Viviremos aquí sí. Es la casa, bueno palacio de toda tu vida. Me costará un poco acostumbrarme a tanto lujo, pero lo haré por ti —te sonrojaste.

—Podemos cambiar todo lo que tú quieras, para que te sientas más a gusto. Después de todo pasaremos el resto de nuestras vidas aquí —él te miró sonriendo al ver tu asombro.

Eso sonaba realmente lindo, pasar toda tu vida con él.

—¿En serio? —preguntaste haciéndote la tonta para escucharlo decir algo cursi.

—Por supuesto vida mía, quiero envejecer a tu lado y que seas la mujer que me acompañe siempre —te arrojaste a sus brazos para abrazarlo.

Él te levantó haciéndote reír. Te cargo como una princesa hasta el interior de la casa. No te dio tiempo de mirar mucha cosa ya que él parecía querer ir a un lugar especial.

Abrió la puerta de la terraza, dejando ver un increíble paisaje alrededor. Te bajó, colocándote en el suelo.

—Quería hacer esto más romántico, ser más paciente, como Padre me han enseñado a ser. Pero cuando se trata de ti se me hace imposible esperar —lo miraste confundida sin saber de qué estaba él hablando.

Levantó un dedo indicando que esperaras y revisó su bolsillo en busca de algo. Al cabo de apenas dos segundos T'Challa sacó una pequeña cajita forrada con terciopelo rojo.

Abriste la boca al saber que seguiría a continuación.

—Amor mío, reina de mi corazón —se arrodillo frente a ti—. ¿Seguirías haciéndome el hombre más feliz pero esta vez como mi esposa? —preguntó abriendo la cajita dejando ver un hermoso y delicado anillo.

—Por supuesto que si, absolutamente rey de mi corazón —sonreíste al sentir tus mejillas húmedas.

Él colocó el anillo y se levantó para poder acercarte y besarte.

Se fundieron en un delicado y suave beso cargado de amor y cariño.

—¿Crees que las personas aquí me quieran? —esa era una pregunta que había rondado en tu cabeza.

Él asintió, sin dudarlo.

—Por supuesto que sí, ¿a quién no le agradarías? Eres la persona más buena y amable que he conocido —dijo besando tu mejilla.

Eso era algo muy importante para ti, agradar a la gente de Wakanda. Ahora, más que nates, estaba decidio que pasarías el resto de tu vida allí y serías la reina. No querías ser una reina odiada.

María Antonieta fue esa clase de reina y terminó siendo asesinada por su propio pueblo.

Sabías que pensar en ti como ella era algo muy exagerado, tu nunca harías lo que ella hizo, pero de todas maneras era algo importante.

—Te prometo que, aunque quizá no les agrades al principio, al final lo harán. Muchos necesitarán tiempo para adaptarse —dijo con calma.

—Soy una desconocida y una extranjera, para peor —bufaste.

—Hey, eso tiene parte de verdad y parte que no. No eres una desconocida, has ido a muchos eventos conmigo, además aquí tenemos internet y ellos saben quién eres —rio por lo bajo—. Solo debemos ser pacientes —explicó.

Asentiste y lo volviste a besar, te sentías afortunada por tener a alguien como él a tu lado. Ahora lo tendrías para siempre.

—Te amo, mi reina —murmuró al separarse—, nunca lo olvides.

—Y yo a ti mi rey —le aseguraste.

\





ONE SHOTS ❆ MARVELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora