—Eso nunca lo sabrás — obviamente no me diría nada, pero eso ella no tenía por qué saberlo.

—Vamos, cuéntame algo sobre él. Parece un chico bastante divertido — mencionó con una sonrisa sincera en su cara.

—¿Te gusta? — puso los ojos en blanco. ¿Por qué pregunté eso?

—Si me gusta o no, no es de tu incumbencia — tenía un buen punto. Pero Mason no podía gustarle, él tenía ojos para una sola chica, y no era Ada.

—Si somos amigos, creo que debería saberlo — debería dejar de insistir.

—De acuerdo, te lo diré — sonreí esperando su respuesta — siempre y cuando me digas quién te gusta — mi sonrisa se borró y la de ella creció.

—Nadie, no estoy interesado en ninguna chica — abrió los ojos con exageración y me pregunté el por qué.

—No puede ser — asentí confirmando que nadie me atraía — No, Homer, no me digas eso.

—¿Qué tiene de malo? — cuestioné mientras ella tomaba más de su helado.

—¿Por qué? — dijo con la voz ronca.

—No lo sé, esas cosas pasan — se frotó la cara con sus manos y suspiró. Bebí de mi botella de agua.

—Nunca imaginé que fueras gay, adiós oportunidades — y eso bastó para que escupiera toda el agua sobre su rostro.

—Mierda — dije cuando la ví con los ojos cerrados y el agua cayendo de su rostro.

—Homer — dijo apretando los dientes mientras poco a poco abría sus ojos —¿Es una venganza por el vómito?

—¡Por supuesto que no! — grité tomando una toalla que me habían traído y me levantaba para limpiar su rostro.

Me acerqué y limpié sus ojos despacio, después el resto de su cara, y cuando se cansó, me arrancó la toalla de mis manos susurrando un "gracias" molesto.

—Creo que arruiné nuestra cita desde el principio — Volví a mi asiento y noté que sus mejillas se ponían coloradas. Empezó a reírse ¿Por qué se ríe? No importa, yo también lo haré.
Y así pasamos de hablar, a escupir, y luego a reír. Una cita perfecta. Gracias, Ada Nichols.

***

Después de dejar a Ada en su casa, fui directamente a mi cuarto con una sonrisa en la cara y llamé a Mason para que viniera.

—Hombre, son casi las 9, espero que sea algo bueno — dijo entrando a mi habitación soltando un bostezo.

—En realidad, sólo quería agradecerte por lo de hoy — me miró esperando a que fuera una broma y se abalanzó hacia mí.

—Me hiciste venir en vano — gritó mientras me golpeaba a modo broma.

—En realidad, no quería estar solo. Y mis padres no vuelven hasta mañana — Tenían una cena de negocios fuera de la ciudad e iban a quedarse ahí por la noche de hoy — Mase se alejó y me miró a los ojos.

—Sólo tenías que mencionarlo desde un principio — sonreí sabiendo que siempre podía contar con él.

—A Ada le brillan mucho los ojos, demasiado, creo que usa lentes de contacto — Mason rió.

—No seas idiota, no puede usar lentes de contacto si ya usa los normales — bueno, esto tenía sentido — Yo creo que te gusta — dijo muy seguro. Esta vez fue mi turno de reír.

—Es sólo una amiga — se tocó el pecho e hizo un gesto de dolor exagerado.

—Hasta a mí me dolió escuchar eso — le tiré una almohada y me la devolvió — Escuché por ahí que cuando te enamoras, miras los ojos de esa persona con un brillo descomunal que antes no habías visto.

—Eso acabas de inventarlo — se encogió de hombros y puso una cara inocente.

—Tal vez, pero que te quede claro que yo nunca me equivoco, hermano — suspiré y sentí como el drama me invadía.

—Crees...¿Crees que debería alejarme? — le pregunté totalmente serio.

—¿Planeas hacerle algo malo? — negué con la cabeza.

—¿Estás loco? Nunca haría algo que la lastimara, al menos no a propósito — asintió comprendiendo.

—Entonces debes tener miedo a que ella te lastime — estuve a punto de reírme, pero lo ví más serio que nunca.

—¿Ella? Ni hablar — puso una mano en mi hombro de forma dramática.

—Entonces quédate. Si no tienes una mala intención, no veo razón para que te alejes. Ella es una buena chica, te hará bien cambiar de aires.

—¿A qué te refieres? — giró los ojos y me dió un golpe en el hombro.

—Ya te habrás dado cuenta que no es alguien con quien normalmente saldrías. Ada no va a fiestas, no toma, no fuma, y vive para los estudios. Es fácil notar que no es nada igual a nosotros — tenía razón, ella era un cincuenta porciento distinta a mí.

Ada.

Después de todo, Homer me dejó en mi casa. Mis padres querían invitarlo a pasar, pero pude convencerlos de que él tenía cosas de hacer.
Así que fue una cita, mi primera cita, y diré que no estuvo tan mal. Pude descubrir que con Homer Witmore nunca me aburriría, y eso era un gran punto a su favor.

Me tiré en mi cama y pensé. Me dí cuenta que este chico en verdad quería conocerme, y estaba feliz por eso. Quitando el hecho de que prácticamente me mandó a la friendzone, se sentía estupendo tener a alguien a mi lado. Iba a arriesgarlo todo esperando ganar.

Iba a dormirme cuando sentí mi celular vibrar.

Dulces sueños. Soy Homer, ya conseguí tu número, preciosa ;)

Una sonrisa nació en mi rostro y rápidamente lo agendé.

Que no tengas pesadillas! Acosador

Después de eso, caí rendida mientras soñaba con unos penetrantes ojos que me miraban.

***
Me levanté con más energía de lo usual y luego de hacer toda mi rutina en la mañana, me fui al colegio.

Caminé mirando al suelo por el pasillo para tratar de no tropezar con mis propios pies, pero sentí chocar contra alguien que estaba al frente.

—Oh, ¡hola Ada! — dijo Mason Jones sonriente.

—Hola, Mase — le devolví la sonrisa.

—¿Ibas a tu clase de Historia? — asentí recordando que tomábamos la misma clase.

—Sip, ahora mismo — caminé a su lado y empezó a charlar.

—Me alegro que la hayan pasado un poco mejor después del paseo en caballo — dijo él — no los estaba espiando por si te preguntas, o tal vez un poco, pero en mi defensa, les salvé la vida — alzó el pecho orgulloso.

—Gracias, de seguro íbamos a morir — dije sarcástica, en realidad, tuve mucho miedo ese momento, pero nadie se enteraría.

—Descuida, nadie sabrá de tu temor hacia los caballos enamorados — reí un poco y nos quedamos en silencio hasta que llegamos a la clase.

Tomé asiento en la esquina de la última fila y él se sentó a mi lado. ¿Qué había hecho para que dos chicos lindos notaran mi existencia? Primero Homer, y ahora Mase.

Así empezó una larga y aburrida hora de clase.

A falta de amorWhere stories live. Discover now