Ada Nichols suda mala suerte. Porque en la esquina derecha, a unos pocos metros de mi posición, Homer Witmore pasaba con una mochila colgada en su hombro izquierdo, vestía una camisa negra que hacía resaltar sus músculos, con su sonrisa sacada de una propaganda de pasta dental.

—¿Te dejaron afuera? — preguntó alguien mientras soñaba con Homer — ¿Hola? ¿Estás bien? — levanté mi vista para encontrarme con el chico de mis sueños al frente. Vamos, es tu oportunidad Ada, no lo arruines.

—¡Hola! Si! No, bueno, el suelo es cómodo — ¿por quéééééé Ada?

—Eso parece — dijo soltando una risa de ángel — Soy Homer — extendió una mano hacia mí. ¿Qué hago?! Se la aprieto? No, tengo la mano sudada, no voy a hacerlo.
Lo hice
Y si, sonó como un charco de agua, o tal vez sólo lo imaginé, ni siquiera sé si eso es posible.

—Ada, mucho gusto — bueno, eso no estuvo tan mal.

—¡Como las del bosque! — mencionó riendo.

—Esas son Hadas con H — no lo corrijas, ¿Qué pasa conmigo?

—Ah...de acuerdo. Bueno, Ada, ha sido un gusto, pero tengo que irme, lamento que hayas llegado tarde.

—Adiós...— susurré mientras lo veía alejarse.

Cuando dejé de observar su espalda y la manera en la que caminaba pareciendo un modelo de mochilas escolares, miré a mis pies y observé un pequeño lápiz con una etiqueta en la parte superior.

"Este lápiz pertenece a Homer Witmore, no robar"

Solté una carcajada mientras me debatía mentalmente si devolvérselo o quedarme con su lápiz como si fuera lo único que obtendré de él, pero haciendo caso a su etiqueta, me levanté para ir en busca de él. Sin embargo, me detuve cuando lo vi hablando con sus amigos.

—¿Recuerdan a la chica de la mañana? La que alzó el dedo para que parara cual taxi... — todos rieron mientras mi sonrisa se apagaba poco a poco — resultó ser muy extraña, acabo de toparme con ella en el pasillo, sus manos estaban un tanto sudadas — sentí mi rostro calentarse, no sé si de la furia, la vergüenza, o tal vez ambas. — Era... extraña.

Vaya, vaya, vaya, así que todo un señor modales. ¿Por qué los rumores acerca de su actitud no podían ser reales? No me quedé a escuchar cómo se reían de mí. Corrí silenciosamente a la alarma contra incendios y la activé dejando el lápiz de Witmore atorado en la parte superior. Que sufra las consecuencias de ser un cretino.

En cuanto el molesto timbre empezó a sonar, los estudiantes en las aulas comenzaron a salir y me alejé de la alarma aparentando correr con ellos, tal vez no fue tan maduro de mi parte, quizás debí respetar lo que pensaba... NO, me dejó tirada en la calle esperando el bus, se lo merece.

***

—¡Ada Nichols, a la oficina del director, ahora mismo! — gritó el director una hora después de haber revisado todo el colegio. Esto no puede ser posible, ¡¿acaso hay cámaras de seguridad?! — lentamente me dirigí a la oficina y toqué la puerta escuchando un "está abierto"

—¿Si, director? — dije pálida cuando me di cuenta de que Homer estaba sentado a su lado mirándome con los ojos entrecerrados.

—No intente negarlo, usted y yo sabemos la causa de su llamado, y si, hay cámaras en el colegio. ¿Se puede saber por qué trató de culpar al señor Witmore?

—Está loca señor ¡hace pocos minutos habíamos hablado por primera vez!— dijo el grosero.

—¿Sí? Pues déjame decirte imbécil, que si quieres burlarte de mí no deberías hacerlo a escondidas, poco hombre!— lo señalé con un dedo.

A falta de amorWhere stories live. Discover now