- Un gusto. - Musité. Tomé su mano sintiéndome tonta al sonreír cuando él no lo hizo.

- Hugh. - El otro hombre tenía puestos lentes de sol lo cuál me desconcertó, su cabello era castaño claro casi rubio, él sí sonrió. Hugh no me tendió su mano más bien inclinó su cabeza así que sólo le sonreí mostrando un poco mis dientes.

No creo que Vlad solo quisiera presentarme a esas personas, había un motivo más y eso me intrigaba. Pasaron varios segundos de silencio e incomodidad, Vlad rodeó mi cintura con su brazo atrayéndome hacia él.

- ¿No quieres decirle algo a Katie, Kabir? - Preguntó Vlad en un tono frío que me sorprendió.

El mencionado sólo me miró fijamente durante largo rato aumentando mi incomodidad, soltó un suspiro y miró hacia Vlad.

- ¿Puedo hablar con ella a solas? - Preguntó.

- Puedes preguntarle directamente a ella. Está presente. - Murmuró en respuesta.

Los extraños ojos verdes volvieron a mí. Sentí mi ritmo cardíaco aumentar pensando que todos los seres sobrenaturales que están en el castillo lo escuchan con claridad.

- Katie, ¿podemos conversar a solas? - Preguntó lentamente.

- Claro. - Respondí.

Vlad besó mi sien al momento que soltó mi cintura, el hombre rubio llamado Hugh se retiró rápidamente sin decir nada.

- Estaré en la biblioteca, corazón. - Susurró Vlad antes de irse.

¿Porqué querría hablar conmigo?

No encontraba otra razón más que fuera para reclamar algo sobre Azlin o quizás... ¿qué?

Mordí mi labio.

- Azlin murió... - Susurré lentamente inclinando mi cabeza fingiendo que era más interesante el suelo que ver su rostro.

- Lo sé. - Murmuró suspirando. - Ella era mi alma gemela. - Tan pronto como dijo esas palabras alcé la cabeza y lo miré directamente a los ojos.

- ¿Qué? - Susurré.

Cabello rojizo. Ojos verdes pero diferentes a los de Azlin. Es el hombre que conoció en Francia e hizo que cambiara de parecer sobre la vida.

- Irina era mi hija. - Murmuró con un rostro sin expresión alguna. - No lo supe hasta... hace un par de horas atrás.

No sabía como reaccionar en esta situación, ¿era importante saber que fue mi padre biológico? Jamás formaron parte de mi vida con ese papel.

Azlin fue una amiga, alguien que llegué a querer y confiar mi propia vida, pero... ¿a considerarla mi madre? Me sentía culpable por no haberla mirado de una forma maternal.

- Que ventaja, yo acabo de enterarme. - Murmuré entredientes.

Hizo una mueca.

- Siempre me consideré un hechicero solitario, desde que ella se fue y se rehusó a ser mi compañera... jamás imaginé que tendría una hija. - Murmuró suavemente haciendo una mueca que podría pasar como una sonrisa. - Estaré para ti siempre que me necesites, sólo llámame y estaré a tu lado. Donde quiera que estés, en cualquier situación, en cualquier bando. Siempre. - Inclinó su cabeza. - Recuérdalo, Kataline Campbell O'Brien. - Que haya dicho mi nombre completo lo hacía sonar como una pacto.

Solamente me limité a asentí con la cabeza temiendo que mi voz fallara.

Kabir dio media vuelta y caminó hacia la salida, Hugh lo siguió rápidamente bajando las escaleras.

La Mujer de Drácula #1Where stories live. Discover now