LVI. En sus brazos.

14.1K 1.3K 157
                                    

| CAPÍTULO 56 |

Capítulo dedicado a las lindas personas que han cumplido o cumplirán en este mes de Enero❤. ¡MUCHÍSIMAS FELICIDADES!








Después de un par de minutos salí del auto encontrándome solamente con Yahanna mirando al suelo.

- ¿Yaha--

- Tú jamás aprendes, niña. - Me interrumpió hablando en un tono molesto. - Ese hombre se ha presentado como un demonio, dijo que haz hecho un trato con él y desapareció, ¡¿cuándo dejarás de precipitarte tanto?!

- ¡No sabía que hacer! - Fruncí el ceño. - Estaba en el bosque, sin saber que hacer o como había llegado ahí, no lo pensé y quizás cometí el error de aceptar. Sin magia o algo que me haga especial, ¿¡qué querías que hiciera!?

- Sólo espero que lo que te haya pedido... puedas cumplirlo. - Masculló caminando chocando su hombro con el mío. - Se hace más tarde, vámonos de aquí.

Mordí mi labio y entré al auto, lo encendió mientras yo me coloqué el cinturón de seguridad.

Necesito aprender a utilizar un arma, combatir cuerpo a cuerpo.

Con Gwen lo único que aprendí fue... yoga. Está bien si quiero relajarme, pero no creo que me sirva tanto. Soy flexible y algo rapida al correr,- no como un vampiro por desgracia -, y quiero pensar que aprendería rápido.

- ¿Los dos hechiceros? ¿Los prisioneros? - Pregunté de repente hablando con lentitud.

- Ah, ya te acordaste de ellos. - Murmuró sarcasticamente. - Creo que han salido bien, los cuatro. Para la próxima me lo pensaré mil veces antes de traerte en un situación difícil.

- Perdona. - Mascullé. - Yo no pedí venir, creo que la que me tenía fe ciegamente eras... tú.

- Cállate.

Aumentó la velocidad, la tensión se rompió solamente por el sonido del celular de Yahanna minutos después.

- Contesta por mí. - Murmuró.

Puse los ojos en blanco quitandome el cinturón de seguridad.

Me giré y estiré para alcanzar el bolso de la parte de atrás y colocarlo en mis piernas, busqué rapidamente el celular y mi ritmo cardíaco aumentó de inmediato al leer el nombre "VLAD".

Contesté rápidamente sintiendo mi brazo y mano temblar ligeramente.

- Vlad...

- ¡¿Katie?! - Escuché un ruidoso suspiro. - ¿Estás bien? ¿Dónde estás, corazón? - Preguntó rápidamente.

- Esto-- Estamos perfectamente, - Respondí cerrando los ojos. - en Nueva Orleans...

Silencio.

- Lo siento, pensé en todo menos que Jeremiah podía ser un traidor. - Murmuró con brusquedad. - Podría ir yo pero creo que es mejor que ustedes se trasladen a París teniendo en cuenta que allá está el peligro.

- Sí. - Susurré. - No sabes cuanto me asusté...

- Igual yo, corazón. Esto no debió haber pasado.

Abrí los ojos mirando por la ventana el paisaje de la carretera, sonreí un poco al oír que me llamaba corazón. Mi lado romántico salía a flote y una sensación de ansiedad por querer estar a su lado y abrazarlo.

La Mujer de Drácula #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora