La Mujer de Drácula #1

XLIX.

|CAPÍTULO 49|

Es una tontería que finga que estoy bien cuando no es así, ¿para que fingir? Me siento destrozada.

No sé cual fue el primer recuerdo que tengo de mi padre... pero ahora, justo ahora, verlo en cama y pensar que puede ser el último recuerdo que tenga de él me hace trizas.

¿Cuándo acabará todo esto?

Yo no quería que mis padres y mi hermano estuvieran en riesgo, no puedo evitar sentirme culpable e inútil. Esto fue lo que desde el inicio había querido evitar, no quería decir la verdad por su bien.

- Katie.

- No me voy a mover de aquí, Vlad. - Murmuré mirando al suelo. - Ya lo intentó Gwen, Francesca, Stefany, Azlin y mi madre.

La silla puede que no fuese la más cómoda pero no me importaba, no iba a comer y menos dormir hasta ver de nuevo los ojos de mi padre abiertos.

- Por favor, - Vlad se colocó de cuclillas y tomó en sus manos las mías. -, sé que esto no es fácil, pero... tan sólo duerme un poco, corazón. Cualquier cosa nosotros te hablaremos.

- No puedo. - Susurré apretando sus manos. - Estoy tan enojada y tan destrozada... - Me abrazó antes de que siguiera hablando.

- Te juro que vamos a acabar con esto muy pronto.

- Soy tan débil.

- Por supuesto que no, - Rompió el abrazo para darme un pico en los labios y hacer que nos coloquemos de pie. -, eres una mujer fuerte, has soportado tanto... aún me siento un estúpido por haberte tratado como lo hice al inicio. Aguantaste todo lo que te hizo Delphine...

- Ya quedó atrás. - Susurré. - En serio, quiero ser un vampiro... buscar justicia, acabar con esto.

- No es el momento. - Dijo acariciando mi mejilla. - Además, puede que ahora quieras serlo porque crees que ser una vampiro te hace suficiente para... hacer justicia. Pero, ¿si te arrepientes después?

- No creo que sea así. - Susurré haciendo una mueca al mirar a mi padre y el montón de cables a su alrededor. - No puedo quedarme con los brazos cruzados esperando mientras veo como sucede todo...

- Déjanos esto a nosotros. - Besó mi frente.

- No, - Fruncí el ceño. -, yo quiero hacer algo. Esto igual es mi problema y creo que es más personal, ¡están lastimando a mi familia!

- Te irás nuevamente. - Murmuró ignorando lo que había dicho.

- Vlad. - Murmuré entre dientesy mirándolo mal. - No salgas con estupideces.

Suspiró, colocó sus manos en mis mejillas y me besó con lentitud.

El sabor de sus labios se estaba volviendo mi favorito, es una adicción que quería, - y podía -, tener. Lo dulce, lo tierno, lo intenso... de todas las formas siempre lograban su cometido; hacerme enamorarme un poco más de él.

- Te quiero. - Murmuró separando nuestros labios. - Eres única, eres muy especial para mí y no puedo evitar ser tan egoísta para quererte a mi lado.

Al oír aquello... casi me muero de amor. Laa mariposas revoloteando en mi estómago.

- Shhh, - Lo abracé por el cuello. -, estamos juntos ahora, entiendelo. Somos un equipo, así que ni se te ocurra excluirme, ¿entiendes? Así que dónde se te ocurra mandarme a no sé que jodido lado... no te las acabarás. - Besé su nariz al ver la sonrisa que tenía en sus labios al escucharme hablar. - Y gracias, me has subido el ánimo un rato. - Fui sincera.