La Mujer de Drácula #1

XXXIX. Te aceptará con defectos.

No esperé más y caminé siguiendo el pasillo hasta encontrarme con que había ahora dos caminos distintos.

- Izquierda. - Murmuró Yahanna tomando mi mano.

Bajé un poco mi cabeza para ver que su mirada estaba en el lado derecho y su expresión era de disgusto.

- ¿Porqué no a la derecha? - Pregunté alzando una ceja.

Volteó a verme y sonrió un poco para después mover sus labios lentamente.

'Huele fatal'

Caminé al lado derecho aunque Yahanna trató de detenerme en vano sujetando mi brazo.

Escuché murmullos, las antorchas se acababan y todo quedaba de nuevo en la oscuridad, aún podía ver y noté que la oscuridad se acababa, corrí rápidamente hasta toparme con lo que era un calabozo; escuché una carcajada y después un grito.

- ¡Katie! - Grité corriendo a donde escuché que provenía el grito.

Delphine le estaba dando latigazos, la espalda de Katie estaba irritada, llena de de gotas o líneas de sangre.

- ¡No! - La aventé haciendo que se estrellara contra la pared.

- ¡Madre mía! - Esa era Yahanna, gruñí hacia Delphine quien se estaba riendo.

Caminé hacia Katie, ella tenía la cabeza inclinada y estaba llorando, sus ojos rojos, su nariz moquienta y ambas mejillas tenían cortes que rogaba que fueran superficiales.

- Tardaste mucho.

- ¡Cállate, perra! - Grité sintiendo mi cuerpo temblar por la adrenalina y la ira que sentía, que necesitaba quitar con ella.

Torturarla de la misma forma, cortando cada parte de su cuerpo y quemarla aún viva hasta que sea cenizas.

Tomé con mis manos el rostro de mi dulce Katie con tanta delicadeza temiendo que la lastimara, ella me miró con una tristeza.

Sus ojos transmitían lo que más temí, lo que me había prometido que nunca sentiría... miedo.

Ella tenía miedo.

- Ayúdame. - Susurró con su voz rota. - Por favor...

Besé su frente delicadamente, miré como Delphine veía todo con diversión sintiendo mi ira aumentar, si era posible, y Yahanna igual pero sin expresión alguna.

- Que conmovedor, - Dijo con burla. -, ¿ves, Katie? Te dije que el iba a venir... al final de todo, ¡Mina está dentro de ti! ¿Viene por ti? ¿Viene por Mina? ¿Ummh? - Cuestionó colocando sus manos en su cintura y alzando una ceja.

- Yahanna, cura a Katie... y llevatela, por favor. - Dije duramente para levantarme y retando con la mirada a la mujer más despreciable de la tierra.

Los mismos ojos verdes de su hermano, el color de cabello negro como la noche, su tez tan pálida y la túnica tan ajustada negra con tacones rojos y sus labios pintados de un color uva. Era como el diablo en persona.

Una tentación, pero cuando entrabas entre sus garras... jamás saldrias de ella. Porque no valía la pena arriesgar tanto por un momento de placer.

- Pero... - Se quedó callada.

Sabía que Yahanna no le gustaba mi idea, no intentó replicar de nuevo y sólo hizo una pequeña bola azul, dejé de ver que hacía para fijar mi vista en Delphine.

- No te saldrás otra vez con la tuya. - Mascullé.

- ¿Eso crees? - Preguntó riendo. - ¡Mataste a mi hermano y a mi padre!