Capítulo LXVI

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|Capítulo 66|






Silencio.

Ese silencio que sólo era una breve tranquilidad antes de que el caos se desatara. Es el día más difícil, lleno de tensión y tristeza que he tenido en toda mi vida, me pregunto como puede ser que aún no he sufrido un paro cardíaco.

Había despertado con el optimismo de disfrutar del día, y lo único que había recibido fue la pérdida de mi padre, desde ese momento el infierno se había mudado al Castillo.

Azlin estaba encima de Delphine y sostenía su cuello con ambas manos. A ella parecía no importarle ya que sonreía, sus ojos se pusieron de color lila y brillaban.

- En Transilvania empezó y acabará todo, - La voz de Delphine rompió el silencio. -, que sorpresa, ¿no? Me gustaría que antes de esto, - Movió su mano. -, se revelaran todos los secretos, que por fin se supiera que ocasionó todo este conflicto... que todos sepan que clase de errores pueden perseguirte toda la vida, ¿no crees, Azlin? - Azlin se levantó y, por ende, ella también lo hizo poniendo sus manos en las de Azlin tratando de que soltara su cuello.

Stefany otra vez tomó mi brazo jalándome hacia el Castillo, esta vez la seguiría pero noté que mi madre corrió para abrazarme bajo la supervisión de Alek, a Stef no le quedó de otra más que soltarme nuevamente.

- Habla si eso te hace feliz, de cualquier manera eso no hará un cambio a nuestro destino. - Masculló Azlin.

- ¿Estás bien? - Susurró mi madre y asentí rápidamente con la cabeza, ella besó mi cabeza.

Nos separamos y me dediqué a ver a las que un día fueron cuñadas y ahora enemigas a muerte, sólo una podía sobrevivir. O quizás ninguna.

Mi ritmo cardíaco era rápido y el miedo se instaló dentro de mí.

"No tengas miedo, Katie... todo saldrá bien." Traté de alentarme.

Yahanna hizo que su hermano se desmayara de alguna manera gracias al lazo, sus ojos se tornaron de color lila claro y caminó hacia donde se encontraban Vlad y Andrei, mi novio soltó de inmediato el cuello del brujo. Desvíe mi mirada hacia Azlin y Delphine cuando vi un movimiento de reojo; no poder escuchar las palabras que susurraban entre sí aunque agudizara mis oídos me ponía nerviosa.

- Cam, Katie, debo llevarlas al Castillo. - Susurró Stefany.

- ¡No se atrevan a irse cuando lo mejor está por suceder! - Gritó Delphine entre dientes. Azlin la soltó y sonrió. - Yo no lo sabía hasta hace poco. Lo guardaste muy bien, Azlin, un sorprendente y asqueroso secreto.

- Solamente lo traté de ocultar para ustedes, no me importa que los demás lo sepan. - Masculló Azlin.

Delphine abrió la boca fingiendo sorpresa y se rió.

- ¿Así? ¿Entonces porqué nadie más lo sabía más que tú? - Preguntó cruzándose de brazos.

Unos segundos en silencio.

Azlin nunca había dejado de ser una caja llena de secretos, aunque intuía que las libretas que me había dado realmente ahí escribió cada secreto que había ocultado por tanto tiempo.

- Por que llegué al punto de no saber en quienes podía confiar después de su traición.

- Traicionaste y mataste a mi hermano, a tú esposo, ¡¿cómo querías que reaccionaramos?! - Ahora fue Andrei quien gritó arrodillado en el suelo.

- Su hermano era el diablo en persona. - Masculló.

Tomé la mano de mi madre mientras miraba a Stef asintiendo con la cabeza para que nos llevara al interior del Castillo. Caminamos con discreción mientras durara la batalla de miradas entre los hermanos y Azlin.

La Mujer de Drácula #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora