Capítulo XLII

18K 1.6K 121
                                    


Sao Paulo, Brasil.
22 de Enero, 2017. 9:39 p.m.

m

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.






El vodka estaba haciendo efecto muy rápido en mi sistema cuando sentí que todo se movió un momento. Al parecer a ninguna de mis niñeras les importaba que terminara borracha así que no pensaba parar de beber todavía.

Azlin se veía distinta con el vestido color negro suelto resaltando su tez tenuemente bronceada, su montón de joyería había sido sustituido por un par de pulseras sencillas de oro y llevaba unas sandalias sin nada de tacón.

- Katie, ¿Seguirás con tus preguntas? - Preguntó Azlin alzando una ceja.

La astuta bruja había puesto como condición que podía responderme una pregunta al día. Después de aceptar que debía utilizar sus poderes y tener cierto rencor a los Petrov había cambiado.

Su vestimenta no, pero esta era una ocasión extraña.

Gwen tenía puesto un vestido verde esmeralda, unos botines con unos 8 cm de tacón y su cabello lo traía recojido en un moño desordenado... se veía bien y el delineado de sus ojos hacía resaltar sus ojos. Parecía una mujer sensual y misteriosa. Mientras que yo traía un short de mezclilla oscura, una blusa rosa y un poco de maquillaje de la mañana. A comparación de ellas, era una desaliñada pero estaba cómoda.

- Cierto, - Lo pensé un momento. -, ¿Porqué no querías utilizar tus poderes?

- Eso lo preguntaste hace días. - Dijo riendo. - Veamos, yo---

- ¡No, espera! Ya se que preguntar... - Dije levantándome del sofá. - ¿Harías que Vlad viniera?

- ¿Esa es tú pregunta?

- Bueno... sí. - Bebí un poco de mi quinto o sexto vaso de vodka con Coca-Cola. - Más bien petición.

Al parecer ya no tenía aguante para el alcohol, quizás no me hace querer devolverlo pero sí que me hacía sentir algo mareada.

- Lo quieres ver, - Murmuró entrecerrando los ojos. -, se me había olvidado lo que provocaba el alcohol en los humanos. ¡Estás borracha!

Ups, apenas lo estaban notando.

- Sabes, - Puse mi dedo cerca de mi labio e hize como si estuviese pensando. -, ¿para qué quiero a Vlad?

- Suficiente. - Gwen tomó el vaso de mis manos y caminó a la cocina.

- ¡Ey, no! - Hice un puchero y seguí a Gwen con la decisión de recuperar mi vaso aún lleno de vodka con Coca-cola.

- ¿Qué buscas? - Preguntó sonando inocente al ver como buscaba el vaso con mi bebida. Tenía sus manos en la mesa, ¡había escondido mi vaso! Puse los ojos en blanco y caminé a la sala, tomé la botella de vodka y me la tomé sintiendo el ardor en mi garganta.

La Mujer de Drácula #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora