XLVI. Despierta.

14.1K 1.4K 113
                                    

No lamento haber ido con Vlad, Alek y Stefany; lamento más que nada tener un estómago sensible.

No lo vi, pero gracias a Stefany me enteré que había más de ún cuerpo en estado de descomposición y el hedor de algunos hechiceros o vampiros seguía aunque su cuerpo ya no.

Las arcadas que sentí fueron terribles.

Estuve a punto de vomitar dos veces y sentía que no valió tanto la pena haber soportado el olor. Delphine se quejó y sufrió, claro que se quejó pero... no lo suficiente.

Los cortes en su cara, sus brazos se curaron y pocas dejaron cicatrices; quizás tres y no eran alarmantes. Esa estúpida tiene una cabeza dura y más que nada... suerte. Francesca quería hacerle un juicio antes de su probable pena de muerte.

Bostecé cerrando los ojos.

- Ya casi llegamos, cariño. - Susurró Vlad.

- No estoy cansada.

Mentira, me moría del sueño, ¡eran las cuatro de la mañana y seguía despierta!

Sólo cerré los ojos unos pequeños segundos y cuando los abrí nuevamente ya estábamos frente a la mansión de Francesca.

Wow, si que maneja rápido.

Volví a bostezar al abrir la puerta de la camioneta y bajar, me sentí un poco mareada.

- ¿Dormiste bien? - Preguntó Vlad a mi lado con una pequeña sonrisa.

- ¿Me dormí? - Pregunté cerrando los ojos recargando mi cabeza en su pecho, sentí la vibración en su pecho al reírse.

- Roncas mucho, Katie. - Murmuró de manera burlona Alek.

- Oh, claro que no. Chismoso. - Dije parpadeando. - Quizás tenga un poco de sueño.

- Entonces, andando. - Entrelazó nuestros brazos y yo quite mi cabeza de su pecho para caminar a la mansión.

Subí las escaleras como si estuviera en modo automático, sólo me dejaba guiar por Vlad y estar con los ojos abiertos para no caerme. Entramos a una habitación y siendo sincera ya no sé dónde estaba Stefany o Alek, suponía que haciendo otras cosas o... ¿los vampiros podían dormir?

Ni siquiera recuerdo en este momento si Vlad o alguien más lo ha mencionado.

Al momento de tocar con mi cabeza la almohada casi quedo dormida de inmediato.

- Descansa. - Logré escuchar.

.

.

.

- Katie... Katie... Katie...

- Mmm, - Moví mi mano para quitar lo que provocaba cosquillas en mi mejilla. -, deja dormir. Es temprano. - Murmuré acomodandome para retomar mi sueño tan delicioso.

- Son las doce del medio día.

- De madrugada, ¿ves? - Murmuré contra la almohada.

Escuché una risita más después ser movida contra mi voluntad nuevamente y tener los labios de alguien en los míos.

- Despierta, dormilona. - Entreabrí los ojos para ver un hermosos hombre de ojos azules sonriente y cerca de mis labios.

- Buen día. - Susurré unos segundos después con mi voz un poco ronca.

- Buen día, preciosa.

- Vampirito. - Dije riendo un poco.

Él puso los ojos en blanco.

La Mujer de Drácula #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora