No lamento haber ido con Vlad, Alek y Stefany; lamento más que nada tener un estómago sensible.
No lo vi, pero gracias a Stefany me enteré que había más de ún cuerpo en estado de descomposición y el hedor de algunos hechiceros o vampiros seguía aunque su cuerpo ya no.
Las arcadas que sentí fueron terribles.
Estuve a punto de vomitar dos veces y sentía que no valió tanto la pena haber soportado el olor. Delphine se quejó y sufrió, claro que se quejó pero... no lo suficiente.
Los cortes en su cara, sus brazos se curaron y pocas dejaron cicatrices; quizás tres y no eran alarmantes. Esa estúpida tiene una cabeza dura y más que nada... suerte. Francesca quería hacerle un juicio antes de su probable pena de muerte.
Bostecé cerrando los ojos.
- Ya casi llegamos, cariño. - Susurró Vlad.
- No estoy cansada.
Mentira, me moría del sueño, ¡eran las cuatro de la mañana y seguía despierta!
Sólo cerré los ojos unos pequeños segundos y cuando los abrí nuevamente ya estábamos frente a la mansión de Francesca.
Wow, si que maneja rápido.
Volví a bostezar al abrir la puerta de la camioneta y bajar, me sentí un poco mareada.
- ¿Dormiste bien? - Preguntó Vlad a mi lado con una pequeña sonrisa.
- ¿Me dormí? - Pregunté cerrando los ojos recargando mi cabeza en su pecho, sentí la vibración en su pecho al reírse.
- Roncas mucho, Katie. - Murmuró de manera burlona Alek.
- Oh, claro que no. Chismoso. - Dije parpadeando. - Quizás tenga un poco de sueño.
- Entonces, andando. - Entrelazó nuestros brazos y yo quite mi cabeza de su pecho para caminar a la mansión.
Subí las escaleras como si estuviera en modo automático, sólo me dejaba guiar por Vlad y estar con los ojos abiertos para no caerme. Entramos a una habitación y siendo sincera ya no sé dónde estaba Stefany o Alek, suponía que haciendo otras cosas o... ¿los vampiros podían dormir?
Ni siquiera recuerdo en este momento si Vlad o alguien más lo ha mencionado.
Al momento de tocar con mi cabeza la almohada casi quedo dormida de inmediato.
- Descansa. - Logré escuchar.
.
.
.
- Katie... Katie... Katie...
- Mmm, - Moví mi mano para quitar lo que provocaba cosquillas en mi mejilla. -, deja dormir. Es temprano. - Murmuré acomodandome para retomar mi sueño tan delicioso.
- Son las doce del medio día.
- De madrugada, ¿ves? - Murmuré contra la almohada.
Escuché una risita más después ser movida contra mi voluntad nuevamente y tener los labios de alguien en los míos.
- Despierta, dormilona. - Entreabrí los ojos para ver un hermosos hombre de ojos azules sonriente y cerca de mis labios.
- Buen día. - Susurré unos segundos después con mi voz un poco ronca.
- Buen día, preciosa.
- Vampirito. - Dije riendo un poco.
Él puso los ojos en blanco.
ESTÁS LEYENDO
La Mujer de Drácula #1
VampireKatie Campbell viaja a Rumania con el único objetivo de pasar más tiempo con su padre y hermano mayor. Sin embargo, sus vacaciones terminan siendo interrumpidas por un misterioso y atractivo hombre, uno muy singular. El gran Vlad Drăculea III, el h...