"#70"

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¡¡MARATÓN ESPECIAL!!

Pov- Jhon

El hombre había salido de su casa sin esperar respuesta, para su fortuna o desgracia el padre de Jess se encontraba regando sus plantas.

—¡Hey, John!, ¿Cómo te trata la vida compadre?

Pregunto con alegría el castaño, el hombre era de una estatura promedio, de grandes cejas y carismática sonrisa, era como el padre perfecto, chistoso, amable, divertido y un cierto toque de locura que hacía que sobre salga dentro de sus amigos de la infancia, que por cierto ahora sabíamos de donde había sacado su locura Jess...

—Oh, David, tengo una pregunta.

Le respondió Jhon mientras cruzaba la cerca que separaba sus casas, el castaño frunció el entrecejo y apagó su manguera mirandolo curioso.

—Si es la ropa de otoño para hombre que saldrá en la nueva revista, ¡no es mi culpa!, ¡Luz quería que fuera así! Y ya sabes como es ella... Además aquí entre nos, no me gustó para nada el modelo tres, yo había preferido el seis, ¡es que era muy carismático!, Pero como siempre mi mujer no me escucha... Oye... ¿Me estás escuchando?...

El barbudo vio a su amigo raro, el no estaba hablando de la compañía que tenían juntos, el quería preguntarle si había visto a Travis. Pero se le resultaba imposible si su amigo ¡no se callaba!.

—¡No David!, No te quería preguntar eso, más bien si has visto a Travis.

—¡¡¡Oh!!!, ¡Me lo hubieras dicho antes mi compadre!, pues mira, Travis se fue temprano en la mañana al bar, le pregunté algo sobre la compañía pero no me respondió se veia decaído y triste, se me hace que se peleó con su mujer y ella lo hecho, ¡no es que sea chismoso!, nada más que escuche unos gritos en la mañana y pues ya sabes... El chisme está bueno...—Comentó lo último en un susurro—

—¿Sabes a qué bar fue?—Preguntó el barbudo mientras tomaba el puente de su nariz con frustración—

—El que está en la avenida 37 supongo, simpre va a allí, por cierto Jhon, si vaz, dile que le pediré la revancha el próximo domingo en los bolos, apostare hasta mi riñón si es necesario—Aclaro gracioso el castaño—

—¡Claro!, Nos vemos, ¡y gracias David!

El hombre no espero más y se subió a su auto con rapidez arrancando enseguida para dirigirse hacia su destino. Por otro lado David volvía a encender su mangera para así seguir regando pero un pensamiento lo detuvo.

—¡Chispas!, se me olvidó decirle que también escogió la ropa de baño de hombres mi mujer... ¡Bueno!, Será en otro momento.

Unos minutos después Jhon ya se encontraba en el bar donde se suponía se encontraba Travis, y allí lo vio, sentado en la barra con varios vasos de cerveza a su alrededor, con la mirada gacha y sin emoción alguna. Se vea derrotado y sin ánimos.

—Hasta que al fin te encuentro.

—¿Jhon, qué haces aquí?.

—Vine para hacerte una pregunta...

El rubio giró su mirada viendo por primera vez el rostro del pelirrojo, parecía no pensar en nada pero a la vez en todo.

—¿Tu quieres a tu hijo?.

—Lo quiero pero el m-

—¿Amas a tu hijo?.

Volvió a preguntar el hombre interrumpiendo al rubio, este lo miro a los ojos y con toda la seguridad que tenía guardada aclaro olvidándose de sus pensamientos.

—Yo quiero y amo a mi hijo.

—Eso pensaba, ahora me puedes decir ¿por qué lo echaste de tu casa?, Sé que a ti nunca te agradaron del todo ese tipo de personas, pero a mí tampoco, ahora mírame, tengo dos hijos mis únicos hijos son gays, y los amo con toda mi alma, no me interesa a quien amén o que hagan si son felices yo también lo seré, ¿no crees?.

—Tienes razón viejo amigo, solo que me lo dijo tan de sorpresa que no me dió tiempo de procesarlo, lo lastime tanto física como emocionalmente y no creo que me quiera perdonar.

—Dale su tiempo Travis, uno no perdona de la noche a la mañana, pero lo bueno es que ya aceptaste tu error, solo hace falta corregirlo.

Los dos hombres se sonrieron mutuamente entendiendo por fin que lo que sus hijos hacían no era nada malo, no era incorrecto o algo extraño, ellos solo amaban a alguien más eso era todo.

—Ahora que lo pienso, cuando llegaste pensé que me gritarias o algo, tenías una cara terrorífica—Aclaro el rubio un poco más animado—

—En realidad tenía pensado molerte a golpes pero recordé que saldré con mi esposa esta noche y me regañaria si me ve desarreglado—Admitió desinteresado—

Travis lo miro con los ojos abiertos para luego alejar de manera distreta las botellas junto a él, mientras que el barbudo ahora ya más tranquilo tomaba un poco de cerveza.

—Mmm, por cierto David dice que quiere la revancha el próximo domingo en los bolos.

—Ese hombre... No tiene remedio.

Aclaro riendo, luego de un par de minutos más decidieron dejar el bar para hablar con Marcos, quién le había avisado su mujer que ya se encontraba mejor, solo tenía un leve dolor de cabeza.
Los dos se encaminaron al auto, y en el transcurso se podía ver que Travis estaba muy nervioso.

Esto se soluciona hoy...
Pensó Travis al entrar a la casa de los Meller.

¡¿Mi mate, un lobo?!Kde žijí příběhy. Začni objevovat