"#24"

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Despertó al día siguiente con extrañeza, lo que le había pasado ayer fue algo confuso que aún no terminaba de entender.

Pensaba decírselos a sus mejores amigos, pero aún no tenía sus pensamientos claros, ¿y si se lo decía a su hermano mayor?, El siempre daba buenos consejos, aunque posiblemente se alteraría al saber que era la pareja destinada de un hombre lobo.

Tenía que decirle a alguien, y tenía a la persona indicada para ello.

Hoy era domingo, lo que significaba que su padre y hermano estarían viendo el partido de fútbol con sus amigos.
Aprovecho esa oportunidad y se dirigió rápidamente a la habitación de su madre.

Tocó un par de veces, hasta que su mamá le grito que pasara.

-¡Oh! Cariño, ¿qué pasa?, ¿Buscas a tu padre?, Recuerda que hoy es día de partido.

Le aclaró velozmente la mujer pelirroja quién se encontraba en su cama con un gran libro café sobre sus piernas.

-No mamá, vine para hablar contigo de algo privado he importante.

Nuestro querido protagonista, no tartamudeo o se puso nervioso como otras veces, sino que esta vez, se encontraba totalmente serio y enfocado.
La madre al ver el comportamiento, tan poco común en su hijo más pequeño, se asustó tanto, que dejó su libro rápidamente a lado de ella y se siento con una mirada fulminante hacia el pelirrojo.

-Cris cariño, dime por favor que no es nada de lo que yo pienso.

La madre lo dijo con una mirada tan fulminante que el más pequeño se sorprendió enormemente.

-¿Qué?, N-no, bueno no sé, ¿en qué piensas ma?

Pregunto extrañado el pequeño pelirrojo mientras miraba a su madre curioso.

-¡bueno! No te pregunto si dejaste embarazada a alguien, por qué esta más que claro que no sucederá, pero qué tal si te violaron o te amenazan, hijo puedes confiar en mí, por lo que sea, yo siempre te creeré.

El pelirrojo se sonrojo mucho, pero al escuchar las últimas palabras que dijo, hizo que se relajara y le sonriera a su hermosa madre frente a el.

Se acomodó mejor en la cama, y suspiro, bajo la mirada por unos segundos en los cuales la madre miro a su hijo con preocupación.
Luego de unos segundos el pelirrojo subió la mirada y miro seguro a su madre, y con una voz determinante le dijo.

-Yo... Soy la pareja destinada de un hombre lobo.

Okey, esto era incómodo, habían pasado unos minutos luego de que nuestro pequeño pelirrojo le había declarado a su mamá su secreto.
Lamentablemente ella no había mencionado palabra alguna desde lo ocurrido.

-¿Qué?...

La madre susurro tan bajo que su hijo no pudo escucharlo con claridad.

-No... Esto no está pasando, no otra vez, ¡no!, ¡¿Qué haré esta vez?!, ¡NO!

La madre repentinamente se levantó de un salto de la cama para luego empezar a gritar histérica.
El pelirrojo se asustó y abrazo a su madre quien se había puesto a llorar, el chico no comprendía la reacción de su madre pero le dolía cada vez que ella mostraba un rostro doloroso y triste.

-No otra vez...

¡¿Mi mate, un lobo?!Onde histórias criam vida. Descubra agora