"#41"

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Cris estaba dispuesto a saludar cordialmente a los adultos, pero la mujer lo detuvo con un fuerte abrazo que hizo que el cuerpo del pequeño quedará adolorido.

—Oh, ¡pero mira que tierno eres!, Tú debes ser el mate de mi Ethan, yo soy Valentina mucho gusto cariño.

Contesto la hermosa mujer mientras besaba la mejilla del menor este un poco apenado le correspondió con una tímida sonrisa en el rostro.

—El gusto es mío señora Valentina, me llamo Cristian.

Respondió el tímido chico de baja estatura mientras le sonreía alegremente la mujer junto sus manos en señal de alegría y se dirigió a su esposo.

—¡Ahh!, ¿no es un encanto amor?, Bueno, te presento a mi esposo, el es Rafael.

—Mucho gusto chico, Ethan me ha hablado mucho de ti.

El pelinegro miro a su padre con reproche aunque este lo ignoro por completo y le tomo más importancia al pequeño frente a él.
El hombre castaño le extendió la mano al menor y el pecoso con una radiante sonrisa la apretó con gusto pero la tranquila escena fue interrumpida por una niña la cual corría hacia ellos con un lindo vestido verde y una muñeca en su mano que agitaba efusivamente.

—Mami, mami, ¡encontré una rama mágica!.

—¿De verdad cariño?, ¡qué bueno!, pero antes de que juguemos te quiero presentar a alguien.

La pequeña miro detrás de su madre y encontró al mismo pelirrojo de la otra vez, si, ese chico el cual se había tropezado y la ayudo a levantarse amablemente. La niña sorprendida señaló al chico con su dedo.

—Mamá, ¡¡es el ángel rojo con manchitas!!.

Los adultos en el lugar miraron extrañados a su hija, mientras que el pelinegro trataba de evitar su risa tapándose la boca que por otro lado se encontraba el pecoso mientras veía sorprendido a la niña.

—Comportate bien Lili, el no es un ángel rojo con manchitas, se llama Cristian y es el mate de tu hermano.

—¿Osea que me puedo quedar con el ángel?.

La madre y el hijo no pudieron evitar más su risa y estallaron en carcajadas ante la atenta mirada del menor, ahora sonrojado.
La niña inocentemente tomo de la mano de Cris y quiso arrastrarlo para llevarlo a jugar con ella.

—Si querés ir con ella no hay ningún problema cariño, terminaré de preparar la comida mientras tanto.

Aclaro la adulta con una sonrisa tierna en los labios, el pelirrojo un poco más aliviado, afirmó para luego ser arrastrado por la pequeña castaña, quién sorprendentemente tenía mucha más fuerza que el.

—Mi mami dice, que cuando juego con un niño le tengo que preguntar si él quiere o no jugar a la casa de té conmigo.

Cristian se sonrojo ya que no quería negarle la petición de la menor por miedo a que se enojara o se pusiera a llorar, pero por otro lado consideraba que esto era algo demasiado vergonzoso de hacer y sobretodo con su novio presente todo el tiempo, el cual se veía que quería reírse.

—C-claro pequeña.

15 minutos después el pelirrojo se encontraba en una pequeña silla la cual entraba exacto y entre sus dedos sostenía una pequeña taza de porcelana blanca con detalles floreado además de que sobre su cabeza se asentará un sombrero ostentoso color rosa pálido.
Lo bueno de todo esto es que Lili encontró a su hermano entre los arbustos he hizo que jugará con ellos. Por lo que ahora el alto y fornido lobo se encontraba de cuclillas en el pasto con una taza muy parecida a la de Cris mientras que tenía unos lentes de corazón rojos muy grandes y unos guantes de color morado.

—No diremos ni una palabra de esto...

Susurro hacia el pelirrojo, quién solo río por lo bajo y le sirvió más té a su novio con una sonrisa divertida.

¡¿Mi mate, un lobo?!Where stories live. Discover now