"#62"

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Pov- Marcos

Jake le dijo al rubio que el lo pasaría a buscar en su camioneta para llevarlo a la fiesta, por lo que tenía entendido la reunión era formal, aunque no elegante, así que decidió ir con algo sofisticado pero cómodo y casual para la ocasión.
La pelirosa lo ayudo a vestirse y peinarse para la cita, mientras el chico se preparaba mentalmente y pensaba una y otra vez lo acordado con el pelirrojo para que la farsa fuera lo más real posible; estos decidieron actuar como una pareja normal pero sin llegar besarse en la labios por petición del rubio ya que el pensaba que de esta manera no se haría ilusiones con Jake.

Minutos después el rubio se encontraba más qué listo para su cita.

Minutos después el rubio se encontraba más qué listo para su cita

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—¿Cómo me veo?.

—Tierno.

El rubio miro mal a su amiga pero lo dejo de lado al escuchar un claxon, donde segundos después se escucho como alquien tocaba la puerta de su casa.

—Corre, tu príncipe azul te busca.

El rubio agarro un cojin y se lo tiró en el rostro de la chica, la pelirosa río y lo miro mientras sacaba la lengua divertida.
Marcos dejo a la loca chica y bajo por las escaleras donde en la sala se encontró con su madre, se despido de ella rápidamente y salió de su casa con emoción contenida.

—Ven, ya es un poco tarde.

Aclaro con una sonrisa el pelirrojo mientras se dirigía al auto y le habría la puerta al rubio, quien no pudo evitar seguirlo y mirarlo desde arriba ya que solo era unos pocos centímetros más pequeño que Jake.
Ambos subieron al vehículo y se dirigieron a su destino, el recorrido fue divertido ya que el mayor no dejaba de recordarle las cosas que tenía que decir Marcos de su "relación" a manera de broma.

Cuando llegaron Marcos no pudo evitar soltar un suspiro, el cual hizo que Jake lo mirara de reojo y este sin preguntar tomo su mano sin mirarlo.

—Todo saldrá bien Marcos, además estoy contigo por si algo llega a pasar.

El pelirrojo le sonrió al nervioso chico, quién no pudo evitar sonrojarse un poco y bajar del auto con la mirada más seria que podía, para no tener que pensar en los lindos ojos azules del mayor.
Los dos bajaron del auto y tocaron la puerta un par de veces, la cual se abrió dejando ver a una castaña con una espléndida sonrisa.

—Pasen pasen, ¡oh!, Tu debes ser el novio de Jake, soy Karen la jefa de Jake.

—Mucho gusto señorita, me llamo Marcos.

—Hay cariño, puedes decirme Karen, no hace falta tantas formalidades.

La amistosa castaña dejo pasar a los dos chicos, dejando impresionado a Marcos ya que la casa era amplia, esta estaba pintada de color blanco y negro con uno que otro toque de café, la música clásica resonaba en el lugar y un poco de gente se encontraba por allí, con copas y festejando algo que el en realidad no sabía que era.

—¿Quién eres tú?.

Una chica de su altura se había puesto enfrente de él con un rostro de suficiencia y amargura.
El rubio la miro un poco sorprendido, pero pensó que lo había confundido con alguien.

—Creo que me confunde, yo soy el novio de Jake, Marcos, un gusto.

El rubio extendió un mano como cortesía, pero la chica lo miro a ver enojada, apartó su mano de un manotazo y lo miro molesta.

—Hola chico, ¡nos vemos de nuevo!.

Félix el mejor amigo del pelirrojo que había visto la escena desde hace unos segundos decidió intervenir, el rubio ignorando a la chica le sonrió rápidamente y lo saludo con un rápido abrazo.
Por otro lado Jake se encontraba bajando un par de cosas de la cocina sin saber lo que pasaba allí.

Jakeline aún molesta por la presencia del rubio decidió hacerle un par de bromas o cosas para que el rubio quedará en ridículo, ya que el simpático chico en ese momento se encontraba sacándole varias sonrisas a varias personas del lugar con sus ocurrencias.

—Y... ¿Cómo se conocieron?—Pregunto una simpática mujer—

—B-bueno eso es algo más fácil de decir, su hermano menor y yo somos mejores amigos y supongo que con el tiempo nos fuimos amando.

Sonrió sinceramente el rubio, haciendo suspirar a más de uno por sus tiernos gestos.

Aunque no todo lo bueno dura para siempre...

¡¿Mi mate, un lobo?!Onde histórias criam vida. Descubra agora