—Es tan solo un año, Quinnie —me alienta Nate al revolver mi cabello rubio, el cual no quiere comportarse. La playa, el sol y el agua de mar parecen haberlo, además de aclarado, vuelto rebelde. Me está costando horrores que se comporte; sin embargo, debo admitir que me gusta un poco el estilo. Por no hablar de mi piel tostada. Tres meses son magníficos para adquirir un tono envidiable.

Y ahora, destino final: Portland. Un año más y luego la universidad. Solo me queda un año. No sé cuántas veces tendré que repetirlo para calmarme.

—Vamos, chicos, andando —habla papá una vez que todos hemos conseguido nuestro equipaje. Soy la única que trae dos valijas enormes en total. Este verano, me he desquitado con Natalie al casi romper la Visa negra que me entregó hace bastante. Antes solía gastar de ahí cuando no me quedaba otra opción. Ahora... Bueno, he comprado muchas cosas innecesarias. Bolsos de Michaels Kors, Louis Vuitton, Prada y más marcas que son ridículamente costosas. Por no hablar de la ropa. Honestamente, dudo que use la mitad de todo eso.

—Va a estar todo bien —le digo y pongo una mano sobre el hombro de papá a medida que salimos. Voltea y esboza una pequeña sonrisa. Fue un padre excelente todo el verano. En una casa a las afueras de San Francisco con una preciosa vista a la playa, pudimos desconectar del mundo y nuestros problemas para pasar tres meses de risas, fortaleciendo lazos y siendo simplemente una familia. Sin Natalie, claro. Ella estuvo muy ocupada con otras cosas estos meses.

Sin embargo, noto a papá algo raro. No tenía que acompañarnos hasta Portland, podría haberse quedado en San Francisco con su nueva casa y su nuevo trabajo en un bufete de abogados. Pero aquí está, supuestamente para solucionar unas cosas pendientes de su trabajo anterior. Mamá y él solían trabajar juntos. De niña me gustaba verlos como una pareja de superhéroes que luchaban para que se hiciera justicia. Ahora todo es tan diferente. Natalie ya no trabaja, no necesita hacerlo.

Salimos haciéndonos paso entre las familias y chóferes sosteniendo carteles. No esperamos que Natalie esté en primera fila. Aferro mi bolso a mi cuerpo. Solo llevo una de mis valijas. Nate se ha ofrecido a llevarme la otra.

Casi se me va el aire cuando finalmente la veo. Eleva su mano sutilmente para indicarnos que nos ve y que efectivamente es ella. Luce diferente. No la veo desde la última vez que vine a Portland y eso fue hace bastantes meses, cuando me enteré de todo lo que sería mi situación actual en una sola terrible noche. Llamé a Liam en un momento de debilidad, me dijo que vendría y luego no lo hizo.

Natalie ha cambiado. Se la ve diferente. Está más delgada, los huesos de su clavícula se marcan sobre su piel incluso más de lo que ya lo hacían. Su cabello rubio está más platinado y perfectamente liso. Su maquillaje en orden y la ropa costosa no ha cambiado. Es nuevo el collar rodeando su cuello. Es elegante y muy refinado. Lo mismo digo de su anillo de diamantes en su dedo. No ha perdido tiempo.

—¡Mis chiquitos! —exclama con una emoción ajena a ella y salta a abrazar a los gemelos. Por supuesto que no entro en la categoría de «mis chiquitos». Rodea a los dos con sus brazos y los apretuja con un amor desbordante. Mis hermanos la saludan devolviéndole el abrazo y tengo que mirar hacia otro lado para evitar la punzada de dolor en mi pecho.

—Hola, Natalie. Tanto tiempo. —Estiro una sonrisa burlona cuando me presta atención.

Mamá se separa de sus hijos favoritos y deja escapar un resoplido. Lo mejor para el final.

—Hola, Quinn. —Fuerza una sonrisa. No puede darse el lujo de tratarme mal, no en frente de papá y los gemelos, y menos después de lo que me hizo. Creo que lo entenderán más adelante.

Me da un abrazo que luce frío a comparación del cálido y maternal abrazo que les dio a los gemelos. Quiero pretender que no me afecta, es lo mismo de siempre. Por último, sus ojos caen sobre los de papá. Nate y Rick se codean entre ellos para asegurarse de que ambos tienen los ojos bien abiertos y observan todo con atención. Doy un paso hacia atrás.

The New Heartbreaker | DISPONIBLE EN LIBRERÍASOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz