26. Parejas poco eficientes.

66.7K 4.5K 1.7K
                                    



26 | Parejas poco eficientes.

—¡No tengo nada que ponerme para esta noche! —exclama Aggie frustrada mientras deja una bandeja con comida en nuestra mesa de siempre.

Hoy es día de pastas. Everdeen lanza un festín de pastas todos los viernes. Hay de todo tipo, con nombres uno más difícil que el otro. Elegí lo más simple que vi a la vista.

—¿Esa fiesta de beneficencia? ¿Vas a ir? —pregunta Tyler en un tono que demuestra poco interés. Trago saliva al oírlo hablar. Desde que terminamos hace unos días, estoy oficialmente bajo la ley de hielo. No me dirige la palabra, apenas me mira, y si estamos juntos es porque el resto del grupo también está. Me siento incómoda y siento que pongo al resto del grupo incómodo por nuestra situación. Tyler, por otro lado, no parece estarlo. Está haciendo de cuenta que no existo.

No tengo justificación alguna para sentirme mal. Aun así, extraño poder hablar con él.

—Sí —suspira ella pasando una mano por su cabello—. Espero verlos a todos allí. Sí o sí. Mi madre lo organiza, no creo soportar estar sola.

—Quinn, ¿irás? —me pregunta Riley sacando de mis pensamientos.

—Creo que sí —respondo alzándome de brazos. Stella ha estado hablando de la fiesta desde que llegué. Scott está en un «viaje de negocios» hace días por lo que soy su única compañía, además de sus amigas que ve todas las noches.

—Tienes que ir —me pide Aggie con ojos suplicantes—. Estas cenas son de lo más aburridas y necesito todo el apoyo que pueda conseguir.

—No son tan aburridas —resopla Riley poniendo sus ojos en blanco—. Es divertido ver cómo las viejas se ponen borrachas y analizar todas las infidelidades de la sala. Tal como hacíamos cuando teníamos trece.

—Ya no tenemos trece, Riley. —Aggie deja su botella de agua a un costado—. Tuve que ayudar a mamá a organizarla. No es lo mismo que antes.

Carraspeo. En este tipo de conversaciones me siento como una extraña. Ellos son un grupo que se ha formado con años y años. ¿Yo? Una simple desconocida que llegó con un corazón roto hace casi tres meses y prácticamente se insertó a la fuerza en la dinámica del grupo.

—¿Recuerdan cuando teníamos quince y robamos esas botellas de champagne? —ríe Nick.

—No me recuerdes eso. —Aggie suspira mientras niega con la cabeza y arruga su nariz—. Mi primera borrachera. Dios, qué desastre.

—Tiraste la pirámide de copas —recuerda Tyler con una sonrisa. Me gusta verlo sonreír, me hace sentir que no le hice tanto daño. De cierta manera, apacigua un poco la culpa que siento. Lo cual es torcido de pensar y lo sé. Quito la mirada antes de que se dé cuenta.

—Corrimos por todo el césped hasta que quedamos cubiertos de lodo —Riley niega con la cabeza mientras recuerda sumergida en un aire melancólico.

Al escuchar esa palabra, miro a Liam como un acto reflejo, sin pensarlo. Capto su mirada como si hubiera pensado lo mismo y estira una pequeña sonrisa. Me pongo roja más rápido de lo que quisiera y bajo la mirada. Idiota.

—Estuve castigada por un mes —suspira Aggie—. Claro que nadie recordó ese castigo y terminé emborrachándome de nuevo la semana siguiente.

Los chicos se ríen y siguen recordando momentos mientras activo mi modo planta. Son momentos de niños ricos de los cuales no fui parte y no hubiera podido imaginar en mis sueños más locos. ¿Sobornar al piloto del avión privado de sus padres para que los llevara a su cabaña de esquí en Aspen porque no querían ir a clases? Eso es otro nivel.

The New Heartbreaker | DISPONIBLE EN LIBRERÍASDove le storie prendono vita. Scoprilo ora