10. Hablando de ansiedad.

87.1K 5.5K 2.7K
                                    


10 | Hablando de ansiedad.

—Yo opino que... —balbucea Nick tambaleándose para llegar al sofá más cercano y caer desplomado como una bolsa de papas. Por un momento pienso que perdió el conocimiento, sin embargo, al segundo sigue hablando estupideces—. Un buen shot de tequila no mata a nadie.

Niego divertida con la cabeza.

—¿Para qué emborracharse? No vale la pena —les digo sin filtro aprovechando que ninguno de los cuatro está en su mejor estado para prestarle atención a mis palabras. Yo sí lo estoy. Estoy bebiendo limonada.

—Yo bebo porque... —comienza a decir Aggie moviendo sus manos en el aire con dramatismo—. Es divertido desconectar un poco de la vida que llevo —guarda silencio al igual que el resto.

Me sorprende su elección de palabras. Entonces recuerdo lo que me contó Aggie sobre sus padres el día que los conocí, lo que me contó Tyler acerca de la muerte de los suyos y la ausencia de los de Nick... Cualquiera ve a estos chicos y piensa: Wow, quiero ser ellos. Lo tienen todo. Dinero, amigos, cuerpos perfectos, oportunidades infinitas. Ya saben que dijo el zorro en El Principito, «Solo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible a los ojos». Es una de esas frases que pase lo que pase, siempre estará en mi mente.

Los entiendo. Tal vez un poco demasiado.

—Pero es temporal. Beber, digo —les recuerdo.

—Mejor que nada, ¿no? —apunta Tyler. Se alza de hombros. Asiento sin discutirle que huir de los problemas no es una solución, pero, ¿quién soy yo para decir eso? Después de todo, también me estoy escapando de ellos—. No queremos arrastrarte al lado malo, Quinnie, pero... ¿por qué no bebes? Si no te parece divertido, bien. Pero ¿no tienes nada por qué beber? ¿No hay mierda en tu vida, es perfeccccta?

¿En qué momento dejé que bebieran tanto? Todos aquí parecen tener el cuerpo acostumbrado, beben rapidísimo. Además, no soy tan ilusa como para no haberme dado cuenta de que lo que Aggie y Tyler salieron a fumar, no fueron simples cigarrillos.

Dejo escapar un largo suspiro sin pensarlo. ¿Qué si tengo mierda? Tengo para regalar. Y no es algo que me enorgullezca.

—Sí, solamente no voy a beber por eso—respondo al arquear mis cejas.

—Está bien, no bebas. Pero al menos cuéntanos —pide Tyler con una sonrisa ebria.

—¿Por qué debería contarles? —inquiero.

—Porque somos tus amigos, los amigos se cuentan cosas o eso creo —se suma Aggie la cual no está tan borracha como pensé, al menos se encuentra mejor que el resto—. Y porque Tyler me contó.

—¿Qué te contó? —pregunto rápidamente con mi corazón de repente bombardeando a mil. Quizás se me escapó algo y lo olvidé.

—Que te quedarás en Miami, Quinnie —responde Tyler por ella en una voz graciosa y aguda—. ¿Cuándo pensabas decirnos?

Me remuevo incómoda en mi lugar. Aún no les había contado porque no me siento muy cómoda. Ellos sabían que solo me quedaban tres semanas, quizá me querían para algo temporal, ser amigos ya saben, temporalmente. Para el plan.

Pero ahora estaré todo un año...

¿Seguirán conmigo? ¿No habrá problemas? Conozco a estos chicos hace exactamente dos semanas. Entré a su vida de casualidad. En cambio, ellos llevan siendo amigos desde que son niños. ¿Encajaré? ¿O soy solo una especie de persona pasajera?

Creo que Zack no solo se llevó mi corazón, si no mi seguridad con las personas. Después de él, me cuesta confiar en que otros van a quedarse.

—Eh...—

The New Heartbreaker | DISPONIBLE EN LIBRERÍASWhere stories live. Discover now