Camino y me pita varias veces. Me giro y le digo adiós.

–Hola –me saluda Ashton que estaba parado en la puerta.

–Buenos días.

–¿Ahora tienes chofer particular o qué?

–Ashton...

–No, me da igual –me interrumpe –. No quiero ninguna explicación.

–Te iba a decir que te metas en tus asuntos –le digo enfadada. Ya me tiene bastante harta con sus comentarios y siempre intenta dejarme mal. Paso.

–Sí, creo que sí que debería meterme en mis asuntos –dice asintiendo –. Adiós –dice cuando suena la sirena.

–Adiós –le digo molesta y me voy a mi clase.

Por el pasillo me encuentro a Wendy, bueno ella me encuentra y tira de mi sudadera para que me de la vuelta.

–Hola bonita –dice Wendy con una sonrisa irónica y no sé si va a matarme o a sermonearme.

–Hola –le digo esperando a que estalle la bomba de relojería –. ¿Qué tal todo?

–¡¿Que qué tal?! –dice mirándome –. En primer lugar toma tu mochila –dice dándomela, creo que está enfadada porque se ha pasado de fuerza. Me ha dado la mochila y un empujón de regalo –. En segundo lugar, ¿para qué tienes tú el móvil? ¡Te he llamado un montón de veces y enviado cientos de mensajes esta mañana! Al menos podrías haberme enviado un mensaje...

–¿Me has llamado? –digo confundida y saco el móvil del bolsillo de atrás de mis vaqueros.

–Sí Liz, te he llamado. Muchas veces.

–Ups, no me he dado cuenta, lo siento...

–Ya estabas algo ocupada, ¿verdad?

–No pienses cosas y saques conclusiones que no son.

–¿Has dormido en casa de Ethan?

–Mmm sí, pero era por una buena causa.

–¿Qué causa?

–Me ha contado varias cosas.

–¿Qué cosas?

–Pues por ejemplo el por qué no fue el lunes pasado al psicólogo.

–¿Y por qué no fue?

–Estaba trabajando.

–¿Y eso es lo que no te ha querido contar? –dice confusa.

–Sí, eso dice.

–¿Y le has creído?

–Sí, trabaja como esos que están delante de los restaurantes y llevan un disfraz de algún animal. ¿Sabes cual digo?

–¿Los que patrocinan el lugar? –me mira con una ceja enarcada y se ríe.

–Sí, esos.

–¡Normal que no te lo haya querido contar! –dice todavía riéndose y siento un gran alivio. No quiero mentirle, pero Ethan me ha dicho que no se lo cuente. Es algo muy personal y no puedo hacerlo.

–Bueno, vamos ya a clase –digo cuando suena la segunda sirena y ella asiente.

–Por cierto, bonito modelito –dice mirándome con los ojos entornados.

–También llevo calzoncillos –digo enseñándole tira de los bóxers.

–¿Llevas calzoncillos? –me mira enarcando una ceja.

–Sí, son prestados.

–¡¿Son los calzoncillos de Ethan?!

Síp –asiento.

–¡Liz! ¿Has estado toda la noche besándote con él?

–Que no, que no nos hemos besado. Lo máximo ha sido que hemos dormido en la misma cama.

–¿Cómo dices? –me pregunta aún más atónita.

–Pero nada de acurrucaditos y juntitos. Yo en mi lado y él en el suyo.

–¿Cómo te has quedado allí?

–Me lo pidió.

–Espero que hoy estés charlatana, porque te queda una hora muy larga por delante –dice cuando entramos en clase y yo pongo los ojos en blanco.

¡Hola a tod@s! Hasta aquí el capítulo de hoy, espero que os haya gustado😋

Gracias como siempre por leer, comentar y votar. Sois de lo mejorcito😻

Que tengáis un buen día, tarde o noche y nos vemos la semana que viene con un nuevo capítulo🙌 ¡Un beso!😚💞✨

Aléjate de míWhere stories live. Discover now