Capítulo 37

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He terminado de cenar y tengo puesto el pijama. Me he maquillado un poco y me queda el brillo de labios.

¿Sí? –respondo al teléfono.

¿Estás lista?

–Oh Wendy, hola –digo alegre al escuchar su voz –. Sí, estoy lista. Me estoy echando brillo de labios.

Vale, vamos a salir para tu casa.

–Perfecto, le envío un mensaje a Ash.

–Vale, ¡qué bien lo vamos a pasar! –chilla de alegría.

–¡Sí! Bueno te dejo, ahora nos vemos.

Cuelgo la llamada le envío un mensaje a Ashton.
Estoy lista, puedes venir cuando quieras.

Pulso enviar y mientras espero la respuesta meto mi vestido y mis tacones en una mochila pequeña.

El móvil me vibra y cuando lo miro es un mensaje de Ashton:
Vale, salgo ya entonces.

Liz:
Avísame cuando llegues.
–Te quiero
–❤

Después de enviar todos esos mensajes miro por la ventana. Llevo analizando como bajar todo el día, estoy nerviosa. Muy nerviosa. Wendy dice que es como subir y bajar la cuerda en clase de gimnasia, pero sinceramente yo no lo creo así.

Tengo miedo de hacer algún ruido y que me pillen y sobre todo romperme una pierna o un brazo. Ambas son malas, pero la última duele.

Empiezo a mirar las redes sociales y mi mejor amiga tiene razón, todos van a esa fiesta. No paran de subir fotos de cómo van vestidos. Las historias de instagram están a rebosar.

Me vibra el móvil y abro el mensaje:
Ya estoy aquí. Tranquila, todo saldrá bien.
–Te quiero más❤

El timbre suena y me meto rápidamente en la cama. Apago la luz, me tapo con las mantas y cierro los ojos.

Escucho como mi madre abre la puerta de abajo y minutos después se oyen pasos subiendo las escaleras.  Se acercan a mi puerta y yo me pongo nerviosa. «Solo hazte la dormida Liz».

–Liz, Ashton está aquí –me avisa mi madre y pega en la puerta. –Liz, ¿estás ahí? –dice chillando y pega más fuerte.

Abre la puerta y se detiene.

–Oh, estás dormida... –dice mi madre casi susurrando.

–Sí, me dijo que estaba cansada... –dice Ashton susurrando como ella.

–¿Quieres que la despierte? Sé que se muere por verte, desde que está castigada solo quiere tener el teléfono para hablar contigo.

–No tranquila, ya vendré otro día.

–Cuando quieras, eres más que bienvenido a esta casa.

–Gracias Susan –dice mi novio con esa risa que tanto adoro.

–Te dejaré que la veas una hora o así, pero más no que está castigada. Bueno vamos, que está dormida y mi hija tiene un mal despertar...

Ashton se ríe y a mi me entran ganas de tirarle un cojín a mi madre en toda la cara.

Cierran la puerta y se escucha como los pasos se van a alejando cada vez más y más.

Salgo de la cama de un salto y me cuelgo la mochila. Pongo en la cama un peluche grande para hacer bulto y una muñeca para que parezca que estoy ahí por mi pelo. Abro la ventana y me encuentro a Wendy esperándome ahí abajo.

Aléjate de míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora