Capítulo 10

280 66 45
                                    

Gracias por traerme a mi casa –le digo con una sonrisa.

No es nada, me he divertido –me sonríe y me mira a los ojos.

Siento como se va acercando a mi y no me aparto. Se acerca lentamente y junta su boca con la mía. El beso al principio es lento, pero va tomando intensidad.

Nuestras lenguas se entrelazan y pone su mano en mi cadera. Poco a poco lo va haciendo más suave y me muerde el labio. Sin querer gimo y vuelve a besarme, finalmente se aparta.

Llevo toda la tarde queriendo hacer eso dice mirándome a los ojos. Tiene las pupilas dilatadas.

De repente poco a poco todo comienza a desvanecerse y abro los ojos. Miro a mi alrededor y estoy en mi habitación. Cojo el móvil y todavía son las tres de la madrugada. Lo dejo y me acuesto otra vez.

«¿Por qué diablos he soñado eso?»

No entiendo nada, pero absolutamente nada de nada. Esto no me gusta ni un pelo. La situación no me gusta. Espero que haya sido un simple sueño.

Intento volver a dormirme, pero el resto de la noche la paso dando vueltas en la cama una y otra vez. Sin poder parar de pensar en el maldito sueño, aunque más que un sueño yo diría que es una pesadilla.

Cuando por fin suena la alarma indicándome que ya son las siete de la mañana me alegro. Me levanto y antes de nada cojo mis cosas para darme una ducha que consiga despejarme.

«Hoy va a ser un gran día» me digo a mi misma con mucha ironía.


Llego al instituto casi a las ocho y cuarto. Llego tarde y la profesora ya ha llegado. Interrumpo la clase y me muero de vergüenza al pasar por toda la multitud de gente mirándome.

Me siento al lado de Wendy que está mirándome con una sonrisa. Seguro que pensaba que ya no iba a venir.

–Hola, pensaba que ya no vendrías –me dice afirmando mi intuición.

–Es que he tenido una noche un tanto... agitada –le digo intentando encontrar la palabra correcta –. Bueno, más que agitada interminable.

–¿Y esas ojeras? –pregunta mirándome un poco confusa.

–No he podido pegar ojo en toda la noche. He tenido un sueño que me ha dejado un poco... –de repente me callo y Wendy me mira esperando a que siga.

–¿Un poco...? –repite y es que no sé que decir.

–No sé, un poco confuso –digo pensando otra vez en el sueño. «Maldito Ethan»

–¿Y qué tal ayer el psicólogo? –pregunta preocupada.

–Ese es el problema, no fui.

–Anda que bien, ¿te libraste al final? –me está poniendo un poquito de los nervios.

Aléjate de míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora