Capítulo 81

65 32 9
                                    

Ethan me ha llevado a cenar y luego hemos ido a la casa de su amigo, donde se hace la fiesta.

La casa es muy pequeña, tal vez porque estoy acostumbrada a ir a la casa de Ashton que es una mansión. No creo que dentro quepan más de veinte personas.

La música se escucha demasiado fuerte desde fuera. En el jardín hay una pareja besándose y he de decir que deberían irse a un hotel. Que hagan lo que quieran, pero que lo hagan en privado.

–Vamos –dice Ethan y yo asiento.

Al entrar la casa es algo más grande de lo que parecía, pero no mucho. Sigue habiendo gente de más.

Las chicas van demasiado arregladas y yo en cambio llevo la ropa de esta mañana. Me siento totalmente fuera de lugar. Mis vaqueros y mi jersey no pasan por desapercibido, aunque en realidad no me están mirando a mi sino a Ethan.

–¿No te parece que hay mucha gente? –digo un poco nerviosa y me empiezo a morder las uñas.

–Eh, tranquila –dice Ethan –. Ven, vamos a tomar algo.

–Sí, lo necesito.

Vamos a la cocina y hay barriles de cerveza y en la encimera vasos de plástico rojos.

–¿Solo hay esta mierda? ¿En serio? –me quejo mirándolo todo.

–¿No te gusta la cerveza?

–No, sabe fatal.

–Oh, sí. Se me olvidaba que las princesas bebían algo más glamuroso.

–Muy gracioso.

–Tómatela, luego se pasa el mal sabor.

–Si no hay más remedio...

Le doy un sorbo al vaso y de verdad que yo no puedo tomarme esto. Es cerveza barata, está caliente y sabe muy mal.

Nos quedamos un rato en la cocina y luego nos vamos de allí. Ethan saluda a algunas personas y yo me pongo en modo planta: estar ahí de pie sin ni siquiera hablar. No tengo ni idea de quiénes son.

–Ahora vengo.

–Eh, no. No me dejes aquí.

–Solo será un minuto.

Él se va y me deja ahí sola. Por esto es por lo que no quería venir, sabía que se iría por ahí y me dejaría sola. No han pasado ni diez minutos y ya se está yendo.

–Hola guapa, ¿te apetece una cerveza? –dice un chico acercándose a mi. Tendrá unos veinti algo y se ríe demasiado. Está más que pedo, si no se ha tomado alguna que otra sustancia.

–No quiero, adiós.

–Eh, no hace falta que seas así. Podemos pasarlo bien... –dice con una sonrisa y se acerca demasiado.

–Pues pásatelo bien con otra persona.

–Déjala en paz –dice Ethan detrás mía y al chico se le borra la sonrisa de la cara –. Vete antes de que te ponga el ojo morado.

–Lo siento Ethan, lo siento –dice el chaval suplicando.

–Vete.

–Sí, sí. Ya me voy. Adiós.

–Gilipollas –dice Ethan enfadado –. ¿Estás bien?

–Sí.

–¿Te ha puesto la mano encima? –me pregunta preocupado.

–No, tranquilo. Estoy bien.

–He ido a por otra cerveza. No he cogido una para ti porque sé que no te la has terminado –dice en tono burlón.

Aléjate de míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora