Aléjate de mí

Capítulo 89

Mi alarma de las siete suena y demasiado fuerte. Ya estamos a martes y lo único que quiero es morirme ahora mismo.

–Mmm –se queja Ethan y le aparto de encima mía para poder apagar la alarma.

No sé en qué momento de la noche, pero ha acabado encima mía, creo que no ha sido sin querer. Más bien se trata de algo hecho a propósito.

Me vuelvo a echar unos minutos y vuelve a sonar. Ese maldito sonido me molesta más que mi madre gritando y mira que eso es difícil...

–Elizabeth, apaga ya esa mierda joder –se queja sin moverse ni un milímetro –o te juro que tiraré tu puto móvil por la ventana.

–Ya está, ya está –digo apagándola y me aseguro de que la he apagado, no como hace cinco minutos.

Sin querer le he dado a posponer en lugar de apagar.

–¿Me dejas que me levante? –le pregunto porque me tiene abrazada como si fuese una almohada.

–Pf... –resopla. Se da media vuelta mirando a la ventana y se tapa con las mantas hasta la cabeza.

–Gracias –digo con ironía y voy al baño a hacer pis.

Tengo el pelo demasiado peinado y una cara preciosa, mis ojos están perfectos y mis pintas son como las de una modelo de la fashion week. Que quede claro que todo eso era ironía...

Me lavo la cara y cuando voy a cepillarme los dientes me acuerdo de que no puedo. Mi cepillo no está aquí y caigo en la cuenta de que tampoco tengo mi ropa aquí. Joder, ¿y con qué ropa voy yo ahora al instituto?

–Necesito que me lleves a mi casa, tengo que ducharme –digo saliendo del baño.

–Mmm.

–Eh, ¿me escuchas?

–Sí –dice alargando la palabra.

–Pues respóndeme.

–Aquí tenemos toallas, ¿sabes? No somos tan pobres.

–¿Y qué hago con mi ropa?

–Ponte la de ayer.

–Está sudada de ayer. Voy a oler a muerto.

–Pues ponte algo mío.

–¿Algo tuyo?

–Sí, algo mío. Haz lo que quieras, pero déjame dormir de una jodida vez –pongo los ojos en blanco.

–¿Y qué hago con mi ropa interior? –le pregunto y me acerco a él. Tiro de la manta y se la quito.

–¿Qué? –dice enfadado.

–¿Que qué hago con mi ropa interior?

–Le das la vuelta y te la pones –dice mirándome con los ojos medio cerrados por acabar de despertarse –. Ahora dame esto –dice reincorporándose y me quita la manta de un tirón.

–¿Cómo le voy a dar la vuelta? Eso es asqueroso.

–Pues ponte mis calzoncillos.

–No me voy a poner tus calzoncillos.

–Haz lo que quieras, pero déjame dormir de una puta vez si no quieres que te tire por las jodidas escaleras –dice escondiendo la cabeza debajo de la manta –. Avisada estás.

–Pf –resoplo fuerte, para que me oiga.

Me voy al baño y me hago un moño antes de darme una ducha rápida. Tarda un poco en salir el agua caliente, pero al menos sale. Habría llamado a Ethan, pero no quiero que me tire por las escaleras. No sé si iba de broma o de verdad, pero tampoco quiero comprobarlo...