Como hoy es lunes me toca cita con mi querido psicólogo. Le voy a echar tanto de menos cuando tenga que dejar de ir aquí, si es que algún día dejo de venir porque ya se está alargando demasiado...

–Hola –le digo a la secretaria y me sonríe.

–Hola Elizabeth, ¿qué tal?

–Bien.

–Me alegro. El doctor está a punto de acabar su sesión con la señora Miller. Solo serán unos minutos.

–Oh, tranquila. Esperaré aquí –digo sentándome en uno de los sillones y miro mi móvil.

Es normal que no haya terminado, todavía falta un cuarto de hora para las cinco y media. No debería de haber venido aquí sin mi libro de biología.

Esta semana tengo dos exámenes y no, todavía no he abierto ningún libro. El examen es el jueves y yo espero que en dos días pueda aprenderme todos los temas. Digo todos los temas porque no sé ni cuáles caen. Sí, soy un poco descuidada, pero todos lo somos alguna vez, ¿no?

La puerta se abre y entra Ethan demasiado serio aunque cuando me ve esboza su habitual sonrisa socarrona.

–Hola princesa –pongo los ojos en blanco y se sienta en el sillón que hay al lado.

–¿Algún día dejarás de llamarme así?

–¿Te refieres a princesa? –asiento –. Lo siento, pero va a ser que no princesa.

–En fin, dejemos el tema.

–¿Cómo estás?

–No muy bien...

–¿Por qué? –pregunta preocupado –. ¿Te pasa algo?

–Pues... –digo pensando. No puedo hablarle de Ashton, se llevan mal así que no le voy a contar nada –. Cosas mías.

–Somos amigos, ¿recuerdas?

–Oh, no. Tú y yo no somos amigos.

–¿Y entonces qué somos? ¿Más que amigos? –dice con una sonrisilla burlona y enarca una ceja.

–Que te quede claro que eso tampoco –digo mirándole fijamente.

–¿Entonces amigos o más que amigos?

–¿Conocidos?

–¿Me lo preguntas?

–Lo afirmo.

–No ha sonado así, ha sido más como una pregunta.

–Somos conocidos, ¿está bien así o todavía tienes dudas?

–Me ha quedado algo más claro.

–Pues cualquiera lo diría.

–¿Y eso?

–Porque te estás acercando demasiado.

–Vale, pues conocida mía prepárate. El viernes te llevaré a una fiesta.

–No tenemos un nivel de conocidos tan alto –hago una mueca.

–Venga, no seas aburrida –pone los ojos en blanco.

–Dame tres opciones para ir a esa fiesta –me cruzo de brazos.

–Te lo pasarás muy bien, habrá bebida gratis y... –se queda pensando.

–Uy, parece que esa cabecita no va a dar para mucho más.

–Y estoy yo –al escuchar eso me río –. Eh, ¿qué te hace tanta gracia?

Aléjate de míWhere stories live. Discover now